La delgada línea entre la reivindicación histórica y el populismo acomplejado

La delgada línea entre la reivindicación histórica y el populismo acomplejado

Foto: Proceso

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la república y de diversos gobernadores ligados a la izquierda mexicana trajo diversos cambios, algunos muy útiles y otros que se pueden catalogar como temas secundarios a los que se les quiere dar prioridad.

 

En el marco de los 500 años de la Conquista, el Gobierno de México ha determinado rebautizar la llegada de los españoles a nuestro país con el nombre de “La Resistencia”, lo que suena mal, dado la manera en la que los antiguos pobladores de México fueron sometidos.

 

Expertos historiadores han señalado que cuando se rebautiza un hecho para corregir algo que se ha contado de manera incorrecta, entonces el cambio debe ser aplaudido y aceptado, pues es un tema de reivindicación histórica.

 

Ejemplo de lo anterior es lo que sucedió hace unos años en Puebla, cuando el entonces llamado Bulevar Gustavo Díaz Ordaz cambió su nombre a Bulevar Mártires del 2 de Octubre, dando justo reconocimiento a un lamentable hecho que en su momento se quiso minimizar y que nunca tuvo un castigo.

 

Sin embargo, en la presente administración de izquierda que gobierna México se está en la delgada línea que separa la reivindicación histórica del populismo acomplejado, muestra son los cambios de nombres a monumentos, calles e incluso océanos.

 

El pasado 27 de julio, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, hizo oficial el cambio de nombre del ahuehuete donde Hernán Cortés derramó lágrimas al perder la batalla del 30 de julio de 1530, dejando de ser el “Árbol de la Noche Triste” para convertirse en la “Plaza de la Noche Victoriosa”.

 

 

En la misma CDMX se presentó una polémica por la intención de sustituir el monumento a Cristóbal Colón ubicado en Reforma por una escultura denominada “Tlali”, supuestamente inspirada en la cultura olmeca, la cual fue criticada por no contar con los rasgos que distinguen a las personas originarias de este grupo étnico.

 

Claudia Sheinbaum aseguró que las críticas muestran el clasismo y la discriminación que todavía existe en México, todo con el objetivo de justificar un cambio que no fue criticado en su esencia, sino en su posible ejecución.

 

En días recientes, el diputado federal de MORENA, Hirepan Maya, propuso cambiar el nombre del Mar de Cortés a Mar Yaqui, a fin de borrar la huella dejada por el conquistador español Hernán Cortés.

 

Todo lo anterior no resultaría criticado si no existieran problemas más graves en entidades como la CDMX y asuntos más importantes que atender por la Cámara de Diputados, por lo que los cambios propuestos por personajes de la llamada “Cuarta Transformación” parecen tener un trasfondo más encaminado al populismo.

 

Y es que a final de cuentas a la sociedad mexicana poco le importa el nombre de calles, monumentos y mares si la situación económica sigue siendo precaria y si la crisis sanitaria sigue sin control.

 

El hecho de poner como prioridad un cambio de nombre con un objetivo meramente populista es lo que muchos mexicanos han criticado, pues en la actualidad la sociedad espera más un cambio real en México y no enfocarse a rebautizar monumentos por meras ideologías políticas.

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