
El presidente de Chile, Gabriel Boric, dio inicio este miércoles al plan nacional de búsqueda, que tiene como objetivo ubicar los restos mortales de las personas que el régimen del dictador Augusto Pinochet (1973-1990) asesinó e hizo desaparecer.
"Nos reunimos hoy para firmar el decreto que consolida el Plan nacional de Búsqueda, Verdad y Justicia con ocasión del Día Internacional del Detenido Desaparecido, creando una política pública permanente con la que nos hacemos cargo como Estado, no como Gobierno, de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para esclarecer las circunstancias de desaparición y muerte y el destino final de los compatriotas víctimas de desaparición forzada", señaló el mandatario durante la ceremonia de presentación del plan.
La estrategia, lanzada en el marco del Día Internacional del Detenido Desaparecido y de los 50 años del Golpe de Estado de Chile que se cumplen en septiembre, funcionará a través de una serie de medidas gestionadas por el ministerio de Justicia dedicadas a la búsqueda física de los cuerpos y también, a la búsqueda de la verdad, ya que en muchos casos las circunstancias de los asesinatos no son claros tras haber sido ocultados por el régimen dictatorial de Pinochet.
El presidente dio un discurso donde llamó a la ciudadanía a reflexionar y a ponerse en los zapatos de aquellas personas que perdieron un familiar en dictadura.
"¿Cómo se enfrenta una búsqueda cuando te dicen que acá no se ha perdido nada? Imaginemos la dificultad de ponerle mantequilla al pan en la mañana o de acostar al hijo huérfano de padre o madre sin saber qué decirle, porque no se sabe qué pasó ¿En qué momento, después de tantas puertas golpeadas, se asume la muerte? ¿Hay un momento en que se asume la muerte?", preguntó.
A la ceremonia asistieron agrupaciones de familiares de detenidos desaparecidos, organizaciones pro derechos humanos, líderes políticos y civiles y la autoridad que estará encargada de llevar adelante el plan, el ministro de Justicia, Luis Cordero.