
Semanas después de que un devastador incendio forestal arrasara la ciudad histórica de Lahaina en la isla de Maui, Hawái, el "aire tóxico" que dejó presenta una gran amenaza para la salud de los residentes locales, informó CBS News el martes.
"Se sabe que el humo de los incendios forestales causa una variedad de efectos negativos en la salud, sobre todo problemas respiratorios. Pero cuando arrasan ciudades, las llamas también queman artículos industriales, edificios, automóviles y muchas otras cosas que pueden liberar sustancias químicas tóxicas", señala el informe.
La concejal del condado de Maui, Tamara Paltin, que preside el Comité de Planificación, Asuntos Internacionales, Resiliencia y Desastres, dijo que "el arsénico, el amianto, el plomo (son tóxicos). Cerca de la zona quemada, hemos oído que hay voluntarios que presentaron efectos adversos".
"Una señora estaba tosiendo sangre después de estar allí varios días", agregó Paltin.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU., las cenizas de los incendios forestales pueden irritar los ojos, la nariz, la piel y otras partes del cuerpo. Los niños y las personas con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o enfermedades cardíacas son particularmente vulnerables, al igual que las embarazadas.