De lo riguroso a lo incomprensible: así cambió la forma de volar tras el 9/11

De lo riguroso a lo incomprensible: así cambió la forma de volar tras el 9/11

Foto: FreePik

Un día como hoy de hace 22 años cambió la vida en Estados Unidos y, de algún modo, también en el resto del mundo, después de los atentados a las Torres Gemelas y otros edificios del país norteamericano. El resultado de los atentados del 11 de septiembre del 2001 fue más de 3,000 personas muertas, cerca de 6,000 heridas y un cambio radical en la forma de volar en todo el mundo. 

  

19 terroristas de Al-Qaeda secuestraron cuatro aviones con diferentes objetivos, aunque solamente tres llegaron a su blanco, los de las Torres Gemelas y uno más en El Pentágono, el último se estrelló antes de llegar, supuestamente, a la Casa Blanca. Estos eventos marcaron un antes y un después en la seguridad aeroportuaria, ya que desde ese momento se implementaron medidas más estrictas y algunas un tanto incomprensibles. 

  

Hace más de 22 años, abordar un avión e ingresar a un aeropuerto era una cuestión sencilla, ya que las restricciones eran menores, pero a partir de aquel 11 de septiembre las cosas cambiaron. 

  

Luego del 9-11, las autoridades de Estados Unidos se pusieron manos a la obra para crear mejores instancias de seguridad aeroportuaria

  

  

Gracias a esto se crearon más filtros y regulaciones como la implementación de controles de identificación especial para los mayores de 18 años, cuyos datos pueden verificarse en cualquier momento para cerciorarse de que coinciden con el pase de abordaje. Esto no solo es aplicable para los pasajeros, sino para toda la tripulación del avión. 

  

También se capacitó al personal de las aerolíneas para que tuvieran mejor reacción y, sobre todo, mejores maneras de detectar armas pequeñas como las que los terroristas introdujeron a las aeronaves en el 2001. Se prohibieron tijeras, cuchillos pequeños y hasta cortauñas, además de que se pusieron mejores detectores para pequeños explosivos y armas. 

  

Algo más que cambió fue la vigilancia hacia las personas, ya que se inició con la elaboración de listas de individuos potencialmente peligrosos a gran escala. Actualmente, está la lista de exclusión aérea, en la que se tienen los nombres y perfiles de las personas que representan un peligro potencial para la seguridad de EU, por lo que se les prohíbe viajar al país, dentro de él y desde suelo norteamericano a otra nación. 

  

Estados Unidos fue el país más afectado por los hechos, pero en todo el mundo se endurecieron las medidas de seguridad. Por ejemplo, en 2002, la Unión Europea creó una nueva norma que obligaba a las aerolíneas a verificar que las personas que abordan los aviones sean las mismas que registraron el equipaje, eliminando así cualquier intento de suplantación de identidad. 

  

Sobre el refuerzo a las cabinas de los pilotos, estas empezaron a hacerse a prueba de balas y ahora solo se pueden abrir desde el interior o con códigos que solo conoce la tripulación. De igual manera, se dio pie a la capacitación de pilotos para que porten armas de fuego en la cabina, con el objetivo de evitar que terroristas tomen control de los aviones comerciales. 

  

Aunque la idea de esta y otras medidas era que se tuviera mayor certeza de quién y bajo qué circunstancias abordaría un avión, hay otras reglas que surgieron luego del 9/11 que han sido criticadas. Una fue la obligación de quitarse los zapatos, pues también ocurrió otro atentado en el que un miembro de Al-Qaeda llevaba explosivos en sus botas, por lo que se convirtió en una regla quitarse el calzado. 

  

La polémica también surgió porque luego de que se supo la nacionalidad de los terroristas del 9/11, la mayoría de Arabia Saudita, Emiratos Árabes, uno del Líbano y otro más de Egipto, se endurecieron los controles hacia personas provenientes de países de medio oriente. Se registraron múltiples detenciones e interrogatorios aleatorios a personas “sospechosas”, actos que fueron tomados como racistas y que constituyen una clara violación a los derechos humanos. 

  

Finalmente, con el argumento de prevenir la introducción de materiales que pudieran ser usados como armas o materias primas de explosivos, restringieron el abordaje con equipaje de mano que tuviera agua embotellada, shampoos, geles, aerosoles, pasta de dientes y demás artículos personales.

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