Candidatos no registrados, ¿qué pasa si uno gana una elección?

Candidatos no registrados, ¿qué pasa si uno gana una elección?

Foto: FreePik, Enfoque

A falta de 39 días para las elecciones en México, los candidatos a los más de 20,000 cargos de elección popular siguen adelante con sus campañas para ganarse el voto de los ciudadanos. El 21 de marzo, el Instituto Nacional Electoral (INE) finalizó la impresión de las boletas de la presidencia con los candidatos registrados, pero estos no son los únicos que, en teoría, podrían ganar la elección.

 

Quiénes ya votaron en al menos una ocasión han visto que debajo de los nombres de los candidatos y los logos de sus partidos hay un apartado en el que se puede escribir el nombre de una persona no registrada. Legalmente, estos candidatos no registrados sí podrían llegar a un cargo en caso de ganar la elección, aunque para eso hay todo un procedimiento a seguir para validar su triunfo.

 

Esto es diferente a las candidaturas independientes, ya que en esas los candidatos sí aparecen en la boleta, aunque no tiene partido, mientras que los no registrados suelen ser civiles a los que se elige por consenso. El “triunfo” de los no registrados ya se ha visto en diferentes momentos y para diferentes cargos, pero no siempre terminan con el resultado esperado.

 

¿Qué procede en caso de que gane un candidato no registrado?

 

De acuerdo con la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), en el artículo 266 se establece que todas las boletas deberán contener un espacio para las candidaturas o fórmulas no registradas. En el 291, se detalla que los votos que reciban estos candidatos se escrutarán en actas separadas, pero la LGIPE no menciona cómo se procederá en caso de que alguno de estos gane.

 

Cabe aclarar que los votos para los no registrados sí son válidos y no se cuentan con los nulos, ya que sí van dirigidos a una persona en específico. Para que un voto por un candidato no registrado sea considerado válido, el candidato debe cumplir con los requisitos legales básicos, como edad, la comprobación de residencia en el país y gozar plenamente de sus derechos político-electorales.

 

De igual forma, el sufragio a favor de alguien no registrado debe ser escribiendo su nombre completo y coincidiendo en todos los casos para que se asignen a la misma persona. Más allá de esto, debido a la nula regulación depende del INE o de los institutos locales determinar si la persona que gane puede o no asumir el cargo, ya que en algunos casos no se les otorga la constancia de mayoría y, en cambio, sólo se les concede la del segundo lugar.

 

Ante la falta de un procedimiento formal en la ley, los tribunales electorales son los encargados de determinar si la victoria es válida o no, por lo que una vez que se dicte una sentencia, esa será la decisión final. Y es que los candidatos no registrados no pueden impugnar porque su figura no está regulada.

 

De cara a las elecciones de este año, hay al menos dos participantes que llaman a los electores a votar por ellos como no registrados, los dos con ideologías diametralmente opuestas. El primero es Eduardo Verástegui, quién trató de llegar a la boleta como independiente pero no cumplió con los requisitos. El otro es Marco Dávila, del Partido Comunista de México, que desde un inicio anunció su intención de competir, pero tampoco logró la candidatura independiente.

 

Antes de ellos hubo otros casos donde los candidatos no registrados lograron convencer a los electores de que ellos eran la mejor opción. Uno de estos casos pasó en Puebla en 2021, en el municipio de Ahuehuetitla, donde Adán Seth Calixto Guerra ganó la elección como edil con 372 votos, más otros 70 que no le contaron por estar mal escrito su nombre, esto en una zona de poco más de 2,000 habitantes.

 

No obstante, el Instituto Electoral del Estado (IEE) determinó que su victoria no era válida porque, a diferencia de los otros candidatos, no estaba registrado y tampoco cumplía con los requisitos de elegibilidad. También se argumentó que el cuadro para escribir a un candidato no registrado es más una forma de expresión ciudadana y no una instancia formal para elegir a un representante.

 

Ese mismo año Aarón Palomino Ayón logró el mismo hito como candidato no registrado en el municipio de Cucurpe, Sonora, aunque tuvo el mismo resultado. Él militó en el PAN, pero ya en las elecciones tocó puertas y visitó a sus vecinos para convencerlos de votar por él, algo que le funcionó, pues logró la mayoría con la que le correspondía el triunfo como edil con un total de 322 votos.

 

El que fuera su partido, Acción Nacional, impugnó el resultado y finalmente la victoria fue para su candidato, algo que no cayó bien entre la población. Los vecinos de Cucurpe salieron en defensa del triunfo de Aarón Palomino, aunque de poco sirvió, ya que el instituto local y el tribunal ratificaron al panista como presidente municipal.

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