¡Cuidado! El calor extremo también puede dañar tu auto

¡Cuidado! El calor extremo también puede dañar tu auto

Foto: Enfoque, Freepik

Las altas temperaturas no se detienen y desde hace semanas las personas sufren los estragos de los calores extremos que llegan a temperaturas de más de 40 grados, aunque no somos los únicos que se ponen mal con este clima. Los automóviles también están expuestos a fallas y averías debido a las olas de calor que siguen azotando al país desde hace semanas.

 

Aunque la mayoría de las noticias dan a conocer cómo las personas sufren golpes de calor y los animales mueren, algo de lo que casi no se habla es el efecto que tienen el calor intenso en el funcionamiento de un auto. No sólo es el hecho de que se caliente, que en sí ya es todo un tema, sino que además se pueden dañar los componentes que lo hacen funcionar.

 

Los neumáticos, la batería, el sistema de refrigeración y hasta el motor, son sólo algunas de las partes de un automóvil que se pueden ver afectadas cuando el calor es extremo, como hoy en día; no obstante, esto no implica que no haya nada que hacer al respecto, ya que también hay medidas que se pueden tomar para evitar que el calor arruine por completo el coche.

 

¿Cómo afecta el calor a los autos?

 

Una de las partes del auto más afectadas por el calor son los neumáticos, ya que al calentarse estos pierden presión, haciendo que la banda de rodamiento tenga más contacto con el asfalto, reduciendo así su vida útil hasta en un 15 %. Además, conducir con las llantas a baja presión también repercute en el consumo de gasolina, ya que el esfuerzo para rodar es mayor.

 

Por otra parte, están las afectaciones al motor, pues si bien este suele trabajar a temperaturas muy altas, cuando la exterior supera los 35 grados la potencia del motor disminuye. Esto ocurre porque la combustión del motor requiere de la entrada de aire, pero con el calor el aire contiene menos oxígeno, lo que lleva a una quema de mezcla no efectiva, lo que reduce la potencia hasta en cinco caballos.

 

Lo anterior también tiene efectos adversos en el consumo de combustible, ya que cuando no hay una quema efectiva con oxígeno, el proceso de combustión no se da adecuadamente, lo que lleva al motor a trabajar más quemando gasolina extra.

 

Con las temperaturas extremas que persisten en el exterior, otro sistema que se ve atrofiado es el de refrigeración. Este sirve precisamente para contrarrestar los embates del calor, tanto internos como externos, pero llegado un punto, el ventilador comenzará a trabajar a marchas forzadas, dando como consecuencia que se averíe, no enfríe más y el motor siga calentándose.

 

Para que el sistema de refrigeración funcione bien, es necesario que los niveles del líquido enfriador estén en niveles óptimos, a fin de que no el depósito no se quede vacío y sí enfríe.

 

Algo similar sucede con el aire acondicionado, ya que con el clima cálido lo usual es encenderlo, especialmente en las ciudades donde abrir las ventanas para refrescar no es una opción. Ante esto, las personas optan por llevarlo a su máxima capacidad, lo que reduce potencia del motor y lo fuerza al grado de dañarlo.

 

Finalmente, la batería es otro componente con el que se debe tener cuidado ante las olas de calor. Con la subida de las temperaturas, es más factible que haya corrosión y se acorte la vida útil. Lo ideal es que esta no sobrepase los 25 grados, porque es cuando baja su rendimiento y vida.

 

Qué hacer para evitar daños mayores

 

Lo primero y más importante que se debe hacer en estos casos, es revisar todos los sistemas periódicamente y darle el servicio correspondiente para cerciorarse de que los niveles de líquido refrigerante y aceite sean los adecuados. De igual forma, es necesario cambiarlos cuando estos ya tengan demasiado tiempo o cuando estén bajos de nivel.

 

Otra forma de prevenir perjuicios es evitando usar el sistema de aire acondicionado al máximo, ya que, como se dijo anteriormente, este trabaja a marchas forzadas y disminuye la potencia del auto. En cambio, se recomienda bajar las ventanas para que la temperatura al interior se iguale con la del exterior.

 

Por último, para evitar el deterioro de las llantas, una opción es inflar los neumáticos con nitrógeno, ya que este gas tiene un buen comportamiento con las altas temperaturas, evitando que los neumáticos pierdan presión, se desinflen y se deformen con el calor. Además, también alarga la vida útil de estos y hace la conducción más segura en trayectos largos donde podrían calentarse.

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