
Lisa Pisano, una mujer de 54 años de Nueva Jersey, falleció tras recibir un trasplante de riñón de cerdo genéticamente modificado, según informó su cirujano, Robert Montgomery. Pisano fue la segunda persona en recibir un trasplante de este tipo, su cirugía ocurrió el 12 de abril de este año en un hospital de Nueva York.
En la misma intervención quirúrgica, también le implantaron una bomba cardíaca mecánica para mantener su corazón latiendo, ya que sufría de insuficiencia renal y cardíaca.
Lisa Pisano de 57 años, se convirtió en la primera mujer en el ????, en recibir el #trasplante de un riñón de ????. El 4 se abril le colocaron un LVAD (dispositivo de asistencia ventricular) y el 12 de abril le implantaron el #riñón del cerdo, que incluyó el timo del mismo animal. pic.twitter.com/wlMQWoEXZz
— Alberto (@almagoch) May 8, 2024
A pesar de los esfuerzos médicos, el riñón tuvo que ser extirpado 47 días después debido a un flujo sanguíneo irregular relacionado con la bomba cardíaca, lo que obligó a Pisano a regresar a la diálisis. "No se pueden subestimar las contribuciones de Lisa a la medicina, la cirugía y los xenotrasplantes. Su valentía dio esperanza a miles de personas que viven con insuficiencia renal o cardíaca terminal", afirmó su cirujano Robert Montgomery.
El caso de Pisano sigue a la primera operación de este tipo llevada a cabo en marzo a Richard Slayman, un hombre de 62 años, en Massachusetts. Slayman también falleció dos meses después del trasplante.
El riñón es uno de los órganos más demandados en las unidades de trasplante en Estados Unidos. Según la Fundación Nacional del Riñón, aproximadamente 800,000 personas necesitan un trasplante de riñón en el país, con muchos pacientes pasando años en listas de espera, y muchos otros fallecen antes de recibir un órgano compatible.
El trasplante de órganos de animales a humanos, conocido como xenotrasplante, ofrece una posible solución a la escasez de órganos, aunque todavía hay mucha investigación por delante. Los avances en la edición genética y la biotecnología aumentan cada vez más la compatibilidad entre los órganos de cerdo y los receptores humanos, pero los casos de Pisano y Slayman subrayan la complejidad y los riesgos de estos innovadores procedimientos.