El Servicio Militar Nacional (SMN), establecido en México en 1942, tiene como objetivo preparar a los jóvenes para cumplir con su deber cívico, fortaleciendo valores como la disciplina, la responsabilidad y el respeto hacia las instituciones. Para quienes resultan sorteados con "bola negra", el trámite termina al obtener su cartilla liberada; mientras que aquellos con "bola blanca" participan en actividades de adiestramiento militar, que hoy incluyen tareas de asistencia social y protección civil. Aunque estas jornadas buscan fomentar el sentido de identidad y pertenencia nacional, para muchos jóvenes se trata de una obligación que perciben como un mero trámite.
Este domingo 24 de noviembre, en el estadio de béisbol Hermanos Serdán, cientos de jóvenes poblanos se dieron cita para participar en el sorteo del SMN. Entre nervios, risas y opiniones divididas, los jóvenes compartieron su perspectiva sobre este proceso, que para muchos marca un paso importante al alcanzar la mayoría de edad, pero para otros es algo inservible. ¿Es una obligación tediosa para un documento o una oportunidad de servir al país?
Un trámite necesario, pero no siempre comprendido
Para muchos, el SMN es percibido como un trámite útil, aunque no todos entienden del todo su propósito. Jorge, uno de los asistentes, confesó que no tiene claro para qué sirve, pero su acompañante destacó que empresas grandes, como Audi o Volkswagen, lo solicitan como requisito laboral. "Es necesario para los trabajos (...). Si buscas buenos ingresos, será necesario el trámite", recalcó.
De manera similar, Iván y Julio subrayaron la importancia de tener el documento en regla. "Es importante tener el papeleo completo", dijeron.
Otros jóvenes expresaron opiniones similares, reconociendo la utilidad del documento para trámites diversos. "Sirve para trabajos y para sacar otros documentos, como la visa", mencionó otro entrevistado.
¿Un paso hacia el servicio o solo un trámite más?
Algunos jóvenes expresaron una actitud más neutra. Julián señaló que le gustaría ser sorteado porque desea "conocer lo que representa el servicio". Sin embargo, otro lo calificó como "un trámite más", aunque admitió que podría ser útil en caso de que algún empleador, sobre todo en el ámbito gubernamental, lo requiera.
Por su parte, un grupo de amigos mencionó que lo consideran algo "normal", en referencia a una documentación que debían sacar.
Entre el entusiasmo y el desinterés
Aunque algunos mostraron interés en participar, como Víctor, quien aseguró que le entusiasma la idea porque lo considera una forma de contribuir al país, la mayoría mostró poca emoción por el proceso. Un grupo de amigos comentó que "lo más importante es para trabajos o viajes", pero todos coincidieron en que no les gustaría salir sorteados.
Otros, por el contrario, perciben el sorteo como una carga o castigo, debido a lo tedioso de asistir los sábados durante varios meses. Uno coincidió al describirlo como un trámite que "se tiene que hacer, pero sí se siente como un castigo".
La percepción del Servicio Militar Nacional entre los jóvenes de Puebla revela una mezcla de posturas. Mientras algunos lo ven como un trámite necesario y útil para el futuro, otros lo consideran una obligación más que les genera apatía.
Al final del día, el sorteo del SMN no solo selecciona quién marchará el próximo año o ayudará en las eventualidades del Ejército, sino que también refleja cómo los jóvenes perciben su papel como ciudadanos. ¿Es realmente una oportunidad de servir al país o una simple obligación administrativa? En las risas nerviosas y comentarios pensativos de los asistentes, las respuestas parecen estar divididas.