Paro cardíaco y ataque cardíaco: diferencias clave que pueden salvar vidas

Paro cardíaco y ataque cardíaco: diferencias clave que pueden salvar vidas

Foto: Sergio F Cara

El corazón cumple un papel esencial al bombear sangre rica en oxígeno y nutrientes a todos los órganos del cuerpo, además de eliminar desechos como el dióxido de carbono. Si este órgano vital deja de funcionar correctamente, como en un paro cardíaco, o no recibe suficiente sangre durante un ataque cardíaco, el organismo entero comienza a fallar.

 

Kevin Lisman, cardiólogo del Hospital Houston Methodist, explicó que "los términos ataque cardíaco y paro cardíaco se usan frecuentemente como sinónimos, pero son afecciones únicas". Comprender estas diferencias es fundamental, ya que cada condición requiere atención médica urgente y presenta causas distintas.

 

Un ataque cardíaco, o infarto de miocardio, se produce cuando el flujo sanguíneo hacia el corazón se reduce o se interrumpe por acumulación de placa de colesterol y grasa en las arterias. Este bloqueo daña el tejido cardíaco y disminuye el suministro sanguíneo al resto del cuerpo. Los síntomas pueden incluir presión en el pecho, dificultad para respirar, fatiga, sudores fríos, mareos, náuseas, dolor en mandíbula, cuello, brazo o espalda, y vómitos. Algunos síntomas son sutiles y otros aumentan en intensidad, por lo que es crucial no ignorarlos.

 

Por otro lado, "un paro cardíaco se produce cuando el corazón sufre repentinamente una arritmia grave que le hace latir de forma ineficiente", explicó Lisman. Las arritmias graves, como la fibrilación ventricular o la taquicardia ventricular, interrumpen la capacidad del corazón para bombear sangre. "Este tipo de ritmos irregulares interrumpe la capacidad del corazón para bombear sangre eficazmente", añadió el especialista. Cuando órganos vitales como el cerebro y los pulmones no reciben suficiente sangre, puede haber pérdida de consciencia, falta de respiración y daño orgánico.

 

El paro cardíaco requiere un desfibrilador para restablecer el ritmo normal, y mientras llega la ayuda médica, cualquier persona puede aplicar reanimación cardiopulmonar (RCP). "Por eso recomiendo encarecidamente a todos que realicen un curso sobre soporte vital básico", enfatizó Lisman.

 

Generalmente, el infarto es causado por enfermedad coronaria, mientras el paro cardíaco puede ocurrir incluso en personas sin antecedentes cardíacos. "Existen trastornos genéticos que pueden hacer que una persona sea más propensa a sufrir arritmias", explicó Lisman, aludiendo a las canalopatías cardíacas, que alteran la circulación eléctrica del corazón.

 

Para prevenir ambas afecciones, es esencial reducir factores de riesgo como colesterol alto, hipertensión, obesidad, diabetes y tabaquismo. Mantener un estilo de vida saludable, con dieta equilibrada, ejercicio regular y peso adecuado, también protege al corazón y las arterias.

 

"Tenemos métodos para detectar arritmias graves que pueden provocar un paro cardíaco, pero no son adecuadas para todos", aclaró Lisman. Si existen antecedentes familiares de arritmias o muerte súbita antes de los 40 años, los médicos suelen recomendar un electrocardiograma (ECG). "Los ECG detectan a aproximadamente el 80% de las personas propensas a sufrir arritmia", afirmó.

 

Si alguien presenta síntomas de paro o ataque cardíaco, es fundamental llamar al 911. "Poder brindarle soporte vital básico hasta que lleguen los profesionales médicos puede salvarle la vida", recordó Lisman, remarcando la importancia de actuar rápido. (NotiPress)

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