Moscas estériles contra el gusano barrenador: qué son y cómo funcionan

Moscas estériles contra el gusano barrenador: qué son y cómo funcionan

Foto: Freepik

Una plaga se define como la irrupción masiva y repentina de organismos que, al agruparse, generan daños en su entorno, y entre las más comunes están las de los insectos. Para controlar este tipo de plagas se usan tradicionalmente métodos químicos como el DDT y otros insecticidas; sin embargo, el uso de estos compuestos provoca graves efectos ambientales, ya que al liberarse sobre la tierra se evaporan y se dispersan en la atmósfera, afectando a distintas formas de vida.

 

Ante este problema, los especialistas comenzaron a desarrollar métodos menos dañinos, dando paso a la Técnica del Insecto Estéril (TIE) por irradiación. Este enfoque consiste en someter a radiación a grandes cantidades de insectos de la especie que representa la plaga, esterilizarlos, y luego liberarlos, tanto machos como hembras, en zonas donde se requiere su control.

 

Para que la estrategia funcione, la cantidad de insectos estériles liberados debe superar ampliamente a los fértiles, con una proporción recomendada de 10 a 1, repitiéndose cada semana. El primer caso documentado con este método fue con las moscas de la fruta Drosophila melanogaster, expuestas a radiación gamma proveniente de cobalto-60.

 

 

En México y Estados Unidos se aplicó con resultados positivos contra la mosca Cochliomyia homnivorax, responsable del gusano barrenador del ganado. Además, también se usó contra otras plagas como la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) y la mosca mexicana de la fruta (Anastrepha ludens), en regiones como Chiapas.

 

La TIE cuenta con el respaldo de autoridades locales y organismos internacionales como la FAO y el OIEA. En México, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), a través de su Departamento de Biología, tiene la capacidad de identificar especies invasoras definir la dosis de radiación necesaria para lograr la esterilidad sin afectar el equilibrio ecológico.

 

En 1972 se formó la Comisión México-Americana para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado (COMEXA) y, en 1976, se construyó una planta en Chiapas para producir hasta 500 millones de moscas estériles semanalmente. Gracias a esta estrategia, en 1991 se declaró libre de esta plaga a toda la península de Yucatán, así como en Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán.

 

Esa condición se mantuvo por más de tres décadas hasta el 23 de noviembre de 2024, cuando SADER confirmó un nuevo caso de gusano barrenador en un bovino de origen extranjero, localizado en Chiapas. Desde entonces, hasta abril de 2025, SENASICA ha detectado 869 casos de miasis en el sureste del país: 487 en Chiapas, 249 en Tabasco, 116 en Campeche, 13 en Quintana Roo y 4 en Yucatán.

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