El principal implicado en la desaparición de Madeleine McCann, Christian Brueckner, quien permanece bajo investigación por el caso, sonrió de manera burlona cuando fue cuestionado por reporteros sobre si había secuestrado o asesinado a la niña británica desaparecida en 2007. Pese a las sospechas, él negó cualquier vínculo con la menor, mientras cumple una condena de siete años por violación.
Brueckner, escoltado por dos agentes hacia el vehículo penitenciario, fue abordado a las puertas del juzgado en Lehrte, en Alemania, por periodistas que cuestionaron directamente sobre su posible implicación en el caso. Sin embargo, su expresión sarcástica fue captada y difundida por medios como el Daily Mail, generando todo tipo de reacciones.
Ese mismo día, el sospechoso acudió ante un juez porque se le acusaba de insultar al personal del centro penitenciario donde está recluido, una falta considerada delito en el país. Brueckner alegó en su momento que estaba siendo víctima de maltrato y tortura, aunque más tarde se retractó mediante una carta en la que pedía disculpas, justificando su actitud por haber tenido un mal despertar.
A pesar de que no tiene una acusación formal por la desaparición de Madeleine, los indicios siguen acumulándose, aunque si no se hallan pruebas contundentes podría ser liberado en septiembre. Por ahora, la policía halló ropa infantil, juguetes, armas, productos químicos y máscaras en una fábrica abandonada de su propiedad.
