Más de 90 ballenas grises han muerto en el Pacífico mexicano en lo que va de 2025

Más de 90 ballenas grises han muerto en el Pacífico mexicano en lo que va de 2025

Foto: Freepik

Decenas de ballenas grises han aparecido muertas en las costas del Pacífico mexicano en los que va del 2025. Tan solo hasta mediados de mayo se contabilizaron 91 ejemplares hallados sin vida, cifra que ya supera el antiguo récord de 2020 y que persiste desde entonces.

 

La crisis, atribuida a la escasez de alimento en las regiones del Ártico donde estos cetáceos se alimentan, fue señalada como un efecto directo del cambio climático. El derretimiento del hielo redujo las algas que sustentan a sus presas, obligando a las ballenas a migrar en condiciones de debilidad extrema. En ese trayecto, quedan expuestas a enfermedadescolisiones y depredadores, sin la energía suficiente para resistir.

 

Además, las bajas temperaturas del océano provocadas por el fenómeno de La Niña agravaron la situación, puesto que las ballenas tuvieron que recorrer mayores distancias para alimentarse, lo que aumentó su desgaste. Muchas mueren en mar abierto, por lo que el número real podría ser incluso mayor.

 

La situación también impactó en su reproducción, puesto que en 2025 se registraron apenas 69 nacimientos, la cifra más baja desde que se lleva registro. Las hembras, debilitadas por la falta de alimento, no habrían logrado completar el proceso de gestación.

 

Los cuerpos hallados en distintos puntos del litoral que va desde la laguna Ojo de Liebre hasta zonas más al sur como Bahía MagdalenaSan FelipeGuaymasMazatlánLoreto y La Paz, evidencian cambios en las rutas migratorias que podrían deberse a la búsqueda desesperada de alimento.

 

El fenómeno fue declarado como “Evento de Mortalidad Inusual” en 2019 por científicos de México, Estados Unidos y Canadá, y parecía haber disminuido con los años, ya que en 2024 se reportaron solo 29 muertes. Sin embargo, el drástico repunte en 2025 pone en duda si realmente había terminado o solo estaba en pausa.

 

En 2016 se calculaban 24,000 ejemplares, mientras que para 2022 la cifra rondaba los 14,000. Aunque aún no se considera una especie en peligro de extinción, los expertos coinciden en que su estatus debe ser revisado para ofrecerle mayor protección legal y ambiental.

 

El deterioro del ecosistema ártico es la principal amenaza y arrastrará a más especies a una situación similar. Las algas bajo el hielo, fundamentales en la cadena alimenticia, disminuyeron y con ellas la posibilidad de sostener la vida marina en esos territorios.

 

Pese a la gravedad del panorama, los especialistas recuerdan que la ballena gris ha sobrevivido a otros eventos de alta mortalidad. La historia sugiere que puede recuperarse, pero su futuro dependerá de medidas inmediatas para mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la conservación de sus hábitats.

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