
La nueva política comercial del Gobierno del presidente de estadounidense, en la cual los aranceles son una clave, ha provocado un aumento significativo de fraudes para intentar evadir aranceles, reportó el diario 'The New York Times'.
El periódico afirmó que compañías navieras, muchas de ellas con sede en China, se han puesto en contacto con empresas estadounidenses que importan ropa, autopartes y joyería, ofreciéndoles soluciones que, según señalan, pueden hacer que los gravámenes desaparezcan.
"Podemos evitar los altos aranceles de China, algo que ya hemos hecho muchas veces en el pasado", decía un correo electrónico a un importador estadounidense citado por el NYT.
"Superen los gravámenes estadounidenses", decía un segundo mensaje, prometiendo limitar los aranceles "a un 10% fijo". Añadía: "Envíen sin preocupaciones".
"¡Buenas noticias! ¡Por fin se han eliminado los aranceles!", proclamaba otro mensaje.
Según el diario, las propuestas —que circulan por correo electrónico, así como en videos de TikTok y otras plataformas— reflejan una nueva oleada de actividad fraudulenta.
"A medida que los aranceles estadounidenses sobre productos extranjeros han aumentado drásticamente en los últimos meses, también lo han hecho los incentivos para que las empresas encuentren formas de evadirlos", señaló el medio.
Las empresas chinas que anuncian estos servicios describen sus métodos como soluciones válidas. A cambio de una tarifa, encuentran maneras de importar productos a Estados Unidos con tarifas mucho más bajas.
Sin embargo, conforme al reportaje, expertos precisan que estas prácticas son métodos de fraude aduanero.
Las firmas podrían estar eludiendo aranceles alterando la información sobre los envíos que se proporciona al Gobierno estadounidense para optar a una tasa arancelaria más baja. O podrían trasladar las mercancías a otro país sujeto a un gravamen más bajo antes de enviarlas a Estados Unidos, una técnica conocida como transbordo.
En sus primeros meses en el cargo, Trump impuso un arancel de 10 % a la mayoría de los productos a nivel mundial, así como un gravamen de 25% al acero, el aluminio y los automóviles. Subió, bajó y suspendió las tarifas arancelarias para varios países sin previo aviso, ejerciendo una intensa presión sobre las empresas que dependen del comercio.
Los aranceles de tres dígitos que Trump impuso a China en abril, antes de reducirlos durante 90 días, fueron particularmente duros para los importadores.