
Para los aficionados al futbol, este fin de semana fue un auténtico festín. Iniciando el sábado con la final de la UEFA Champions League, entre el PSG y el Inter de Milán. Horas más tarde, en el BMO Stadium de los Estados Unidos, Los Ángeles FC y el América, jugaban el boleto que dejó vacante el Club León, para el Mundial de Clubes 2025. Y, este domingo, el Cruz Azul se enfrenta al Vancouver Whitecaps, en un duelo para definir al campeón de la Concacaf Champions Cup.
Este banquete pambolero sin duda prometía una derrama económica significativa para bares, restaurantes, supermercados y tiendas de conveniencia por la venta de bebidas alcohólicas; sin embargo, se atravesó la tan cuestionada Ley Seca, implementada por la elección judicial, que inició desde el primer minuto del 31 de mayo y termina hasta el último minuto de este 1 de junio.
Cómo suele pasar, está medida afecta considerablemente a estos establecimientos y este año no fue la excepción. Representantes de varios organismos empresariales aseguraron que se vieron afectados más de 7,700 negocios formales.
Los bares y restaurantes que dependen en gran medida de la venta de bebidas alcohólicas, especialmente durante eventos deportivos, enfrentaron pérdidas significativas, de entre 30 y 40 %, de acuerdo a lo estimado por la Canaco.
De igual forma, dicha restricción afectó directamente a supermercados, tiendas de conveniencia, vinaterías y misceláneas, donde estuvo prohibida la venta de bebidas alcohólicas en cualquier presentación. La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) señaló que la venta de bebidas alcohólicas representa entre el 30 y el 40 % de los ingresos, por lo que la Ley Seca tuvo un impacto severo.
Y es que, lejos de respetarse la "ley", sucede todo lo contrario, no elimina el deseo de los consumidores de adquirir bebidas alcohólicas y la prohibición fomenta el mercado ilegal, ya que siempre buscan alternativas para obtener alcohol, ya sea comprándolo anticipadamente o acudiendo a vendedores clandestinos.
La restricción en comercios formales abrió la puerta a la venta de alcohol de dudosa procedencia, lo que no solo genera ingresos para vendedores clandestinos, sino que también representa un riesgo para la salud pública por la posible comercialización de bebidas adulteradas.
La efectividad de la Ley Seca sigue siendo cuestionada, ya que no hay evidencia clara de su impacto en el orden público, mientras que genera pérdidas económicas y fomenta el comercio ilegal, con riesgos para la salud y la economía formal.