¿Tradición o negligencia? Así es el consumo de alcohol en menores en México

¿Tradición o negligencia? Así es el consumo de alcohol en menores en México

Foto: Freepik

La boda en San Juanito Yosocani, Oaxaca, entre los adolescentes Julio César y Jackeline, generó polémica debido a imágenes y videos que muestran a menores consumiendo alcohol durante el tradicional “baile de la calabaza”.

 

Este rito desató críticas en redes sociales por vulnerar los derechos de la infancia. Aunque la comunidad defiende estas prácticas como parte de sus usos y costumbres, activistas y usuarios en redes han exigido la intervención de las autoridades, bajo el argumento de que ninguna tradición debe estar por encima del bienestar de los menores.

 

El consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad en México es un problema de salud pública con graves implicaciones para el desarrollo físico, mental y social de los infantes y adolescentes. Según la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, aproximadamente 43 % de los adolescentes de 12 a 17 años han consumido alcohol alguna vez, y cerca de 20 % reportaron un consumo excesivo.

 

 

Consecuencias del consumo de alcohol en menores

 

El cerebro de un menor está en una etapa crítica de desarrollo hasta los 25 años aproximadamente. El consumo de alcohol afecta áreas como el lóbulo frontal, responsable de la toma de decisiones, el control de impulsos y la memoria. Estudios han demostrado que el consumo excesivo en adolescentes puede reducir el volumen de la materia gris y alterar la conectividad neuronal, generando problemas cognitivos a largo plazo, como dificultades de aprendizaje o memoria.

 

Aunque el daño hepático severo, como la cirrosis, es más común en adultos, el consumo excesivo en menores puede causar inflamación hepática o hígado graso, especialmente en casos de consumo episódico intenso. De igual forma, el consumo excesivo puede elevar la presión arterial y afectar el sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de problemas a largo plazo.

 

El alcohol también actúa como depresor del sistema nervioso central, lo que puede exacerbar o contribuir al desarrollo de ansiedad, depresión o conductas de riesgo. En adolescentes, el consumo está asociado con un mayor riesgo de suicidio y comportamientos impulsivos. Además, el consumo temprano de alcohol aumenta significativamente la probabilidad de desarrollar dependencia en la adultez.

 

Incluso, el consumo regular debilita el sistema inmunológico, haciendo a los menores más susceptibles a infecciones y enfermedades.

 

Factores culturales y normalización del consumo

 

La normalización del alcohol en la familia aumenta la probabilidad de que los menores consuman bebidas embriagantes, lo que tiene consecuencias directas en su salud.

 

En México, el consumo de alcohol está profundamente integrado en la cultura, presente en celebraciones, reuniones familiares y eventos sociales. Los menores observan a los adultos de su familia consumir alcohol en contextos cotidianos o festivos, lo que les lleva a asociarlo con diversión, relajación o estatus social. Además, permitir pequeños sorbos a los menores en eventos familiares minimiza la percepción de riesgo.

 

En muchos hogares, el alcohol está disponible sin restricciones, ya sea en refrigeradores o durante reuniones. Esto facilita que los menores experimenten con él. Incluso, en algunos casos, los propios padres o familiares ofrecen alcohol a los menores, ya sea como parte de una tradición o para "enseñarles a beber responsablemente".

 

En México, bebidas como el tequila, el mezcal o la cerveza están vinculadas a la identidad cultural, lo que hace que el consumo se vea como parte de la tradición familiar.

Notas Relacionadas