Florida comenzó la construcción de un centro de detención para migrantes en los Everglades, una zona pantanosa infestada de fauna salvaje. La instalación, apodada “Alligator Alcatraz”, forma parte del plan del presidente Donald Trump para deportar a más de 1 millón de inmigrantes, bajo la consigna de “enviar a algunos de los seres humanos más despreciables a sus países”, según el secretario de Estado, Marco Rubio.
Las instalaciones se ubican a 60 kilómetros del centro financiero de Miami, y ocupará un área de 101 kilómetros cuadrados y tendrá una capacidad para 5,000 personas. Según las autoridades, la ubicación reduce costos porque “la madre naturaleza proporcionará gran parte de la seguridad”.
“Si la gente sale, no les espera mucho más que caimanes y pitones”, declaró el fiscal general de Florida, James Uthmeier, quien califica la prisión como “la ventanilla única para la agenda de deportación masiva”.
Alligator Alcatraz: the one-stop shop to carry out President Trump’s mass deportation agenda. pic.twitter.com/96um2IXE7U
— Attorney General James Uthmeier (@AGJamesUthmeier) June 19, 2025
Los trabajos se desarrollan sobre un antiguo aeropuerto abandonado y utilizan “infraestructura ligera”, como tiendas de campaña y remolques, lo que permitirá alojar detenidos a partir de la primera semana de julio. Aunque es una solución económica, costará al estado aproximadamente 450 millones de dólares anuales.
Por su parte, organismos como la ONU expresaron su preocupación por las condiciones de detención, el uso de lenguaje degradante y la deportación acelerada de personas, incluyendo a países lejanos con condiciones difíciles de retorno.
Asimismo, la Corte Suprema avaló la política de deportar migrantes a terceros países, aunque no sean de origen. Según informes, la Casa Blanca negocia con más de 50 naciones para ampliar esos destinos, con países como Ruanda, Yibuti, Kosovo y Camboya en la lista de posibles receptores.
