Sean "Diddy" Combs fue absuelto de los cargos más graves

El rapero y magnate musical Sean “P. Diddy” Combs fue declarado culpable de dos delitos relacionados con prostitución, según determinó un jurado estadounidense. Sin embargo, fue absuelto de los cargos más graves, como el de tráfico sexual y conspiración para cometer crimen organizado, aun cuando se expusieron detalles perturbadores sobre su vida privada y su imperio empresarial.

El juicio reveló que Combs organizaba fiestas sexuales conocidas como “Freaks Off” en habitaciones de hotel, donde, según varios testimonios, forzó a varias exparejas a tener relaciones sexuales con diferentes hombres mientras él grababa y se masturbaba. Una de las víctimas relató que, pese a sentirse “repugnada”, asistía a estos eventos bajo coacción emocional y dependencia económica. “Temía que él dejara de pagar el alquiler”, explicó ante la fiscal Maurene Comey.

También testificó una exasistente del rapero, quien afirmó haber participado en la logística de estos eventos, desde limpiar habitaciones con rastros de sangre y vidrios rotos hasta proveer aceite, velas y lubricantes. Además, aseguró haber sido víctima de manoseos y sexo oral forzado, formando parte de lo que describió como un patrón continuo de abuso.

“Había un montón de toallas mojadas por todas partes. He visto vidrios rotos, agua por todo el suelo, a veces sangre. Aceite sobre muebles y paredes, y cosas así”, comentó la mujer, aunque aclaró que la sangre era menstrual.

Por su parte, la defensa reconoció la existencia de relaciones sexuales “poco convencionales” y episodios de violencia doméstica, pero argumentó que estas no constituían tráfico sexual. Asimismo, alegó que las mujeres eran “fuertes e independientes” y que participaron voluntariamente en las actividades. “Si esto fuera un caso de violencia doméstica, no estaríamos todos aquí”, declaró su abogado Marc Agnifilo.

El jurado no logró unanimidad sobre el cargo de conspiración para el crimen organizado. Sin embargo, su veredicto sobre los demás delitos fue interpretado como una victoria parcial para ambas partes.

El caso generó reacciones de todo tipo en la opinión pública, ya que mientras algunos lo consideran un llamado urgente a revisar los límites del poder en la industria del entretenimiento, otros ven el fallo como un ejemplo de impunidad. Por ahora, P. Diddy enfrentará consecuencias legales y en su reputación, lo que podría significar el fin de una de las figuras más influyentes del hip hop.