El gobierno de Japón actualizó su plan nacional de prevención de desastres para enfrentar la amenaza de un posible megaterremoto en la fosa de Nankai, una de las regiones más sísmicas del país. De acuerdo con las proyecciones, un evento de gran magnitud en esa zona podría provocar hasta 298,000 muertes, por lo que ahora se pretende reducir en 80 % esa cifra mediante acciones coordinadas.
El plan fue aprobado por el Consejo Central de Prevención de Desastres y sustituye al de 2014, contemplando la designación de 723 municipios como “áreas de promoción”, donde se aplicarán medidas intensivas como el refuerzo de viviendas vulnerables antes del año fiscal 2035. También se informó que se actualizarán mapas de riesgo de tsunamis, se intensificarán los simulacros de evacuación y se planea reducir a la mitad el número de edificaciones que podrían colapsar o incendiarse, actualmente estimadas en 2.35 millones.
Otra prioridad es la mejora de los refugios temporales, con especial atención al suministro de camas, baños portátiles y equipos médicos. Además, se fomentará la cooperación entre autoridades locales y empresas logísticas para garantizar rutas seguras de transporte durante una catástrofe.
La fosa de Nankai está ubicada frente a la costa del Pacífico entre Shizuoka y Kyushu, y es el epicentro de sismos devastadores. Las autoridades japonesas consideran que un megaterremoto en esa región no es una cuestión de “si” ocurrirá, sino de “cuándo”, por lo que el nuevo plan representa un intento de minimizar el impacto humano y estructural ante un evento inevitable.
