
Los dispositivos digitales son frecuentemente señalados como principales emisores de luz azul, sin embargo, especialistas advierten que la exposición solar representa un riesgo mayor. Así lo explicó la doctora Amina Malik, cirujana plástica ocular del Hospital Houston Methodist, durante una entrevista reciente en el podcast On Health.
Durante la conversación, Malik puntualizó que "la luz solar es la fuente más común de luz azul. Es la fuente más grande". Esta declaración contrasta con la percepción extendida en torno a teléfonos móviles, monitores de computadora o tabletas, los cuales, si bien emiten luz azul, lo hacen en proporciones considerablemente menores.
A lo largo del episodio, la especialista explicó cómo este tipo de luz, por su longitud de onda corta y energía elevada, puede afectar la retina con el tiempo. Malik señaló que una exposición constante podría ocasionar daños a nivel celular, asociándose teóricamente con afecciones como la degeneración macular relacionada con la edad.
En ese contexto, se ha promovido el uso de gafas con filtro de luz azul. No obstante, la doctora aclaró que "la Academia Estadounidense de Oftalmología no recomienda actualmente el uso de gafas con filtro de luz azul debido a la falta de evidencia científica que demuestre que disminuyen la incidencia de estas enfermedades oculares".
Además del testimonio de la especialista, un estudio realizado por investigadores de la Santa Casa de Misericórdia de São Paulo, publicado en la revista Anais Brasileiros de Dermatologia, midió la emisión de radiación UVA y UVB por lámparas, televisores, tablets y computadoras. Los resultados indicaron que "no hubo emisión de radiación ultravioleta dentro de los espectros considerados UVA y UVB" por los dispositivos evaluados, incluso a distancias tan cortas como 5 cm.
Este hallazgo refuerza la idea de que los aparatos electrónicos de uso cotidiano no representan una fuente significativa de radiación potencialmente dañina en el espectro ultravioleta. En cambio, la exposición solar, sin protección adecuada, se mantiene como un factor de riesgo mayor.
Para quienes permanecen largas jornadas frente a pantallas, Malik recomendó medidas alternativas como la regla 20-20-20, que consiste en realizar pausas visuales frecuentes enfocando objetos distantes por cortos periodos. También sugirió reducir el tiempo frente a pantallas antes de dormir, a fin de proteger el ritmo circadiano.
Igualmente, en la entrevista también se abordaron estrategias preventivas frente a los rayos UV, incluyendo el uso de gafas de sol con bloqueo completo. La doctora recalcó la importancia de esta protección física, especialmente en personas con ojos claros, quienes podrían ser más vulnerables debido a una menor cantidad de melanina.
Tanto las declaraciones de la doctora Malik como los datos del estudio científico consultado coinciden en resaltar la necesidad de contextualizar los riesgos asociados a la luz azul. En lugar de atribuir a los dispositivos móviles impactos aún no confirmados, los especialistas sugieren enfocarse en los factores de exposición más relevantes y comprobables. (NotiPress)