
El día de ayer el INEGI presentó los resultados de la evaluación de la pobreza multidimensional para el año 2024. Los datos son trascendentales por dos motivos: a) se trata de la primera vez que lo hace INEGI después de que desapareció CONEVAL (Consejo Nacional para la Evaluación de la Política Pública) y b) porque permite evaluar de forma completa el sexenio de López Obrador, el primero de la Cuarta Transformación. ¿Qué tan efectivo fue el cambio en las políticas económicas?
A partir de 2018 se abandonó el neoliberalismo como fundamento de la política económica e inició la construcción de lo que hoy se llama humanismo mexicano y que se basa principalmente en economía keynesiana. Una diferencia fundamental es que el neoliberalismo se enfoca en la oferta, es decir, en las empresas; mientras que el keynesianismo, en la demanda, es decir en las familias. Para fomentar un mayor consumo, las políticas públicas deben asegurar a las familias un mayor ingreso disponible, en el caso del gobierno de AMLO se hizo aumentando de forma extraordinaria el salario mínimo lo que repercutió en aumentos generalizados a todos los salarios y una mayor transferencia de dinero a través de programas sociales. De esta forma, los salarios aumentaron 254% para los municipios de la frontera norte y 155% para el resto del país; mientras que al menos uno de cada tres hogares en el país recibe un programa social, la mayor cobertura de la historia.
Después del porfiriato, el neoliberalismo ha sido el periodo más adverso para la clase trabajadora en toda la historia del país, aunque se le olvide a la oposición PRIANISTA, fueron años de empobrecimiento y miseria. En 2018, 52 millones de mexicanos estaban en pobreza, esto es el 42% de la población, de ellos casi 9 millones, en pobreza extrema. La medición presentada el día de ayer por INEGI, que es comparable con las mediciones anteriores, demuestran que la población en pobreza se redujo a 38.4 millones de pobres que es el 29% de la población, es decir, 14 millones de mexicanos dejaron de ser pobres, es la mayor reducción en un sexenio en toda la historia.
La pobreza multidimensional reconoce que hay diferentes aspectos que impiden que un individuo alcance un nivel de bienestar, no sólo se mide por el nivel de ingreso, sino que se agregan indicadores de educación, salud, seguridad social, vivienda, alimentación. De esta manera se puede tener una mejor aproximación a la medición de la pobreza.
Se considera que una persona está en extrema pobreza si tiene 3 o más carencias sociales y tiene un ingreso igual o menor al costo de una canasta alimentaria. En 2024 sólo el 5% de la población estaba en ese rubro. Una persona está en pobreza moderada si se tiene 1 o 2 carencias sociales y un ingreso menor o igual al de una canasta completa (alimentaria y no alimentaria), el 24% de la población se encuentra aquí.
Una persona es vulnerable por ingreso si no tiene carencias sociales, pero tiene un ingreso igual o menor al de una canasta completa, esto equivale al 6% de la población. Una persona es vulnerable por carencia social si su ingreso es mayor al de una canasta completa, pero tiene por lo menos una carencia social y representan el 32% de la población. Por último, una persona se considera que no es pobre ni vulnerable si obtiene un ingreso mayor al de una canasta completa y no tiene carencias sociales y son el 32.5%.
Por entidades, la pobreza se concentra en el centro y sur del país y la pobreza extrema se focalizó en tres estados: Chiapas, Oaxaca y Guerrero. En el siguiente mapa de calor se presentan en color más oscuro las entidades que redujeron mayormente la pobreza en el sexenio de Andrés Manuel. El estado con mayores avances fue Tabasco que pasó del 56 al 34% de la población en pobreza, mientras que Yucatán pasó del 44 al 26%, se trata de verdaderos milagros económicos que no los experimentó ni siquiera China. Con lo que respecta a Puebla la pobreza se redujo notablemente del 58 al 43%.
Elaboración propia con datos de INEGI (2025)
Por dimensión, la mayor reducción de carencias se tuvo en alimentación y vivienda; hubo reducciones menores en educación y seguridad social, pero aún se tiene un gran reto en materia de salud pues el 34% de los mexicanos tiene presente esta carencia. Aun así, los avances son sustanciales, demuestran resultados favorables de una política que expresó que, por el bien de todos, primero los pobres. Se han sentado las bases para la pacificación del país, porque se atienden las causas raíz de la violencia y la delincuencia.
El camino aún es largo y no podemos retrogradar. La reducción de la pobreza es resultado de una política económica acertada, pero esto no hubiera sido posible sin la lucha popular que millones de mexicanos hemos impulsado. Sin lucha, no hubiera sido posible derrocar al neoliberalismo; sin lucha, la derecha volverá más violenta y sanguinaria como en Argentina, Perú o Ecuador. Por el bien de todos, sigamos luchando.
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras
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