
Las muertes por accidentes viales parecen ser una constante en todo el mundo, siendo una de las principales causas de muerte en las personas más jóvenes. Por ello, Helsinki implementó medidas que lograron reducir a cero las muertes por accidentes de tráfico en 2024. La medida más polémica es la velocidad máxima permitida en la ciudad, la cual apenas alcanza los 30 km por hora (km/h) La medida se implementó en más de la mitad de sus calles y en zonas escolares. Esta acción, junto con otras políticas públicas, posicionó a la capital finlandesa como una de las más grandes en alcanzar ese resultado.
Entre julio de 2024 y julio de 2025 no se registraron muertes viales en la ciudad. Durante el primer semestre de 2024 se reportaron cuatro víctimas fatales, lo cual representó una tasa de 0,59 por cada 100 mil habitantes. Por comparación, Berlín notificó 1,45, mientras Londres alcanzó un índice de 110. El último deceso por accidente en Helsinki ocurrió en julio de 2024.
Roni Utriainen, ingeniero de tráfico del Ayuntamiento de Helsinki, destacó cómo "el control de la velocidad es una medida importante para abordar la velocidad real de conducción". Aclaró además que si bien la Policía gestiona las sanciones, la ciudad es responsable de construir los puntos de control fijos necesarios.
El conjunto de medidas responde al objetivo trazado por Visión Cero, plan de la Unión Europea el cual proyecta eliminar las muertes en carretera para 2050. En esa línea, Helsinki adoptó un programa local de desarrollo vial que incluye alumbrado mejorado, rediseño de ciclovías, priorización de rutas escolares y fomento del transporte público.
La gestión de datos también fue parte del proceso. Autoridades municipales recopilaron información sobre velocidad, localización de incidentes y opiniones vecinales para identificar zonas de alto riesgo. Esa interacción directa facilitó la intervención puntual de calles y cruces considerados críticos.
Desde el ámbito técnico, Hagen Schüller, ingeniero de tráfico en Berlín, afirmó que "no se pueden controlar todos los factores, como el mal tiempo, pero eliminar uno crea una barrera y evita accidentes". Añadió además cómo "hay que tener en cuenta muchos factores. Eso hace que la seguridad vial sea muy compleja". Ambos comentarios refieren a la necesidad de enfoques multifactoriales, los cuales no dependan exclusivamente de una medida aislada.
Las discusiones sobre estos límites también se reproducen en otras ciudades europeas, donde la reducción de velocidad genera opiniones divididas. Temas como la eliminación de estacionamientos, creación de ciclocarriles y diseño de zonas libres de vehículos privados aparecen con frecuencia en debates legislativos y vecinales.
Algunos países han comenzado a explorar el uso de inteligencia artificial para optimizar la gestión del tráfico. Según Schüller, tecnologías en desarrollo podrían analizar imágenes de cámaras, identificar conductas de riesgo y modificar automáticamente los flujos viales. Este tipo de sistemas permitiría ajustar los controles en tiempo real, aunque su implementación aún requiere validaciones técnicas y normativas.
En el caso de Helsinki, el límite de 30 km/h funcionó como parte de un paquete más amplio de intervenciones estructurales. El enfoque preventivo, basado en datos y respaldado por decisiones políticas, contribuyó a reducir los riesgos viales sin necesidad de tecnologías complejas o inversiones extraordinarias. (NotiPress)