
La lectura diaria por placer en Estados Unidos disminuyó más de un 40% en los últimos 20 años, según un estudio de la Universidad de Florida y el University College de Londres, publicado en la revista iScience. El análisis plantea consecuencias culturales, educativas y de salud pública, en un contexto en el que menos personas dedican tiempo a leer de forma voluntaria.
El trabajo examinó datos de más de 236,000 estadounidenses recopilados en la Encuesta sobre el Uso del Tiempo en Estados Unidos entre 2003 y 2023. "No se trata de una simple caída, sino de una disminución sostenida y constante de aproximadamente un 3 % anual", afirmó la doctora Jill Sonke, directora de iniciativas de investigación del Centro de Artes en Medicina de la UF.
El descenso no fue uniforme entre la población. El estudio encontró reducciones más pronunciadas entre personas con menores ingresos, bajo nivel educativo, residentes en zonas rurales y en la población afroamericana. "Si bien las personas con mayor nivel educativo y las mujeres siguen siendo más propensas a leer, incluso entre estos grupos, estamos observando cambios", señaló la doctora Jessica Bone, investigadora del University College de Londres.
Aunque el tiempo de lectura aumentó levemente entre quienes mantienen el hábito, los autores advirtieron una tendencia hacia la polarización: menos personas leen, mientras que algunos lectores intensifican su práctica. El estudio también halló que leer con niños no se ha modificado en dos décadas, aunque sigue siendo menos común que la lectura individual. "Es preocupante, dado que esta actividad está vinculada al desarrollo temprano de la lectoescritura, el éxito académico y la unión familiar", agregó Bone.
Los investigadores resaltaron que la lectura no solo es una herramienta educativa, sino también un factor de salud mental, empatía, creatividad y bienestar. "Históricamente, la lectura ha sido una forma sencilla y de gran impacto para involucrarse creativamente y mejorar la calidad de vida", afirmó Sonke, advirtiendo que su declive representa una pérdida en salud pública.
Entre las posibles causas se mencionan el auge de los medios digitales, la presión económica, la reducción del tiempo libre y el acceso desigual a libros y bibliotecas. "Nuestra cultura digital sin duda forma parte de la historia... pero también existen problemas estructurales: acceso limitado a materiales de lectura, inseguridad económica y una disminución nacional del tiempo libre", explicó Sonke.
Respecto a posibles soluciones, los autores destacaron la importancia de fomentar la lectura en comunidad y desde la infancia. "Leer con niños es una de las vías más prometedoras... no solo fomenta el lenguaje y la lectoescritura, sino también la empatía, los vínculos sociales y la preparación escolar", señaló la doctora Daisy Fancourt, del University College de Londres.
El informe concluye que promover la lectura debe entenderse como parte de las políticas culturales y de salud. "Leer siempre ha sido una de las maneras más accesibles de fomentar el bienestar... observar este tipo de declive es preocupante, ya que la investigación es clara: leer es un comportamiento vital para la salud en todos los grupos de la sociedad", afirmó Fancourt. (NotiPress)