
Hace unos días se hizo viral un video en el que se observa a un pequeño jugando a media calle mientras su madre, distraída con su celular y empujando una carriola, no lo supervisa. De repente, una camioneta blanca, al girar en la esquina, atropella al menor y queda debajo del vehículo. La madre reacciona tardíamente, corriendo a auxiliarlo, pero el conductor detiene antes el vehículo.
Ante los hechos, de inmediato, surgió el debate en redes sociales en el que muchas voces culpan principalmente a la madre por negligencia y por no supervisar al menor, quien jugaba en la calle mientras estaba “ocupada” en el celular.
En este sentido, es relevante el término omisión de cuidados, que podría aplicarse a la falta de supervisión que permitió que el menor estuviera en una situación de peligro, pero ¿qué significa?
#Indignante ????????
— Imagen Poblana (@ImagenPoblana) September 3, 2025
En San Jerónimo Caleras, una cámara de seguridad captó el momento en el que un niño de aproximadamente 4 años fue atropellado por una camioneta mientras su madre se encontraba distraída con el celular.
Aunque sobrevivió al impacto, el menor se encuentra… pic.twitter.com/8C4kDGG1UA
La omisión de cuidados implica no proporcionar al menor las condiciones necesarias para su bienestar y seguridad. Esa falta de cuidados se clasifica de la siguiente manera:
Falta de supervisión: no vigilar al menor en entornos potencialmente peligrosos, como calles o lugares públicos.
Negligencia en necesidades básicas: no garantizar alimentación, vestido, atención médica o educación adecuada.
Exposición a riesgos: permitir que el menor esté en situaciones de peligro, ya sea por descuido o indiferencia.
En México, este concepto está contemplado en el marco legal, particularmente en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y en el Código Penal de cada estado. En Puebla, por ejemplo, el Código Penal en su artículo 343 considera la omisión de cuidados como una forma de maltrato infantil, que puede incluir descuidar la seguridad o el bienestar del menor.
Las consecuencias legales para los padres por omisión de cuidados varían según la gravedad del caso y el contexto legal. En casos graves, como el de este niño que fue descuidado y dejado a media calle, la omisión de cuidados puede ser considerada un delito. En el Código Penal de Puebla, esto podría implicar penas de prisión, de 1 a 5 años, dependiendo del caso, o multas, especialmente si se demuestra que la negligencia causó un daño grave o permanente.
Asimismo, las autoridades, como el Sistema DIF, pueden intervenir y en casos extremos retirar la custodia del menor si se considera que los padres no garantizan su seguridad. La omisión de cuidados puede ser investigada como una forma de maltrato infantil, lo que podría derivar en procesos administrativos o judiciales.
Los menores que sufren omisión de cuidados enfrentan riesgos inmediatos y, a largo plazo, la falta de supervisión puede resultar en accidentes graves o fatales. Asimismo, la negligencia puede generar sentimientos de abandono o inseguridad en el menor.
La falta de atención constante puede afectar el desarrollo emocional, social o cognitivo del menor. Eventos traumáticos, como un accidente, pueden dejar secuelas como ansiedad o miedo crónico, y si la omisión de cuidados persiste, el menor puede estar expuesto a más situaciones de peligro.