
La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, elaborada por el INEGI y la CNBV, identificó una estrecha relación entre el ahorro informal y la dependencia del crédito no regulado. El informe reveló que 36,6% de la población mexicana ahorra únicamente de manera informal, mientras que solo 8,2% utiliza exclusivamente vías formales, como cuentas bancarias o instituciones financieras.
Este contraste evidencia que gran parte de los hogares sigue gestionando sus recursos fuera del sistema financiero regulado, lo que limita su acceso a productos de crédito formal. De acuerdo con el estudio, quienes no participan en esquemas de ahorro institucional terminan recurriendo con mayor frecuencia a préstamos informales, caracterizados por altas tasas de interés, escasa transparencia y ausencia de protección al consumidor.
El ahorro informal incluye mecanismos como tandas, guardado de dinero en casa o préstamos con particulares, opciones más comunes en comunidades rurales y en zonas con baja infraestructura bancaria. La ENIF señala que en regiones del sur del país, donde la práctica es más frecuente, también se reporta una mayor exposición a esquemas de crédito no regulado. En contraste, en el norte y centro-norte, donde la penetración del ahorro formal es mayor, el acceso a créditos regulados resulta más amplio.
El informe documentó además que 27,9% de quienes habitan en localidades con menos de 15 mil habitantes cuentan con una Afore, frente a más del 42% en áreas urbanas, lo que refuerza la brecha en el acceso a servicios financieros formales.
De esta manera, la ENIF 2024 plantea que la dependencia del ahorro informal funciona como un antecedente del crédito informal, pues ambos comparten características: ausencia de regulación, baja transparencia y riesgo elevado para las familias que los utilizan.
Expertos consultados en el informe sostienen que reducir estas brechas requiere de una estrategia integral de educación financiera, que permita a los ciudadanos identificar las ventajas del ahorro formal y acceder a productos regulados. Asimismo, recomiendan ampliar la cobertura de infraestructura bancaria en zonas rurales y promover la confianza en el sistema financiero nacional.
Tecnología contra el "gota a gota"
Ante este panorama, la CNBV, el INEGI y la Condusef han alertado sobre el crecimiento de los préstamos conocidos como "gota a gota", que afectan ya a cerca del 30% de la población, mientras solo 37.3% accede a crédito formal. Los prestamistas suelen ofrecer montos pequeños —entre 500 y 2,000 pesos— mediante aplicaciones digitales no reguladas, asociadas a intereses diarios de 10% a 40%, además de reportes de extorsión, amenazas y difusión de datos personales en caso de impago, según la Condusef.
Frente a esta problemática, la tecnología financiera se presenta como una vía para integrar a personas sin historial bancario a través de modelos de riesgo basados en transacciones digitales, pagos de servicios o comportamiento en línea. Estos procesos automatizados permiten aprobaciones en tiempo real, tasas transparentes y productos personalizados, lo que reduce la necesidad de recurrir a esquemas informales.
"Los motores de decisiones analizan grandes volúmenes de datos en segundos y permiten integrar información de múltiples fuentes (…) Esto facilita que las entidades financieras ofrezcan créditos de bajo monto con menor riesgo y mayor agilidad", explicó para NotiPress, Mariano Sokal, cofundador y director de uFlow, empresa especializada en automatización del crédito.
Hacia una inclusión financiera sostenible
La ENIF 2024 reportó que 76.5% de la población posee al menos un producto financiero formal, aunque persiste una brecha de género de 8.1 puntos porcentuales: 80.9% en hombres frente a 72.8% en mujeres.
Expertos coinciden en que, además de la digitalización, se requieren estrategias de educación financiera que fortalezcan la confianza ciudadana en el sistema bancario y promuevan un uso responsable del crédito. Asimismo, instan a que autoridades como la CNBV, la Condusef y la SHCP diseñen marcos regulatorios que garanticen protección al consumidor y regulen el uso de datos alternativos para otorgar préstamos.
El sistema "gota a gota" representa hoy un riesgo financiero y social creciente. El reto, señalan analistas, es que banca, fintechs y autoridades trabajen en conjunto para ofrecer alternativas de crédito formal accesibles y seguras. Con ello, México podría avanzar hacia una economía más inclusiva, transparente y sostenible, reduciendo la dependencia de esquemas informales que afectan a millones de hogares. (NotiPress)