
Este 13 de septiembre se conmemora el 178 aniversario de la Gesta Heroica del Castillo de Chapultepec, un evento clave en la historia de México. Este día se rinde homenaje a los Niños Héroes, cadetes del Heroico Colegio Militar que, junto con otros defensores, dieron su vida defendiendo el Castillo de Chapultepec frente al ejército estadounidense liderado por el general Winfield Scott.
Este es uno de los episodios más emblemáticos de la historia mexicana, pero su narrativa ha sido envuelta en una capa de romanticismo y exageraciones que han dado lugar a varios mitos. A lo largo de los años, historiadores han desentrañado estos elementos para ofrecer una visión más precisa, sin restar valor al sacrificio de los defensores.
Mitos y realidades de los Niños Héroes
Mito: Solo seis cadetes (los Niños Héroes) defendieron el Castillo de Chapultepec contra miles de invasores.
Realidad: La defensa involucró a más de 800 hombres, incluyendo soldados regulares del Batallón de San Blas bajo el mando del teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl, y unos 200 cadetes y oficiales del Colegio Militar, liderados por el general Nicolás Bravo. Los seis cadetes destacados desobedecieron órdenes de retiro para unirse a la lucha, pero no fueron los únicos héroes.
Mito: Los Niños Héroes eran "niños" en edad infantil, de apenas 12 o 13 años.
Realidad: Sus edades variaban entre 13 y 20 años: Juan de la Barrera contaba con 19; Juan Escutia con 20; Agustín Melgar, con 18; Fernando Montes de Oca, 18; Vicente Suárez, 14 y Francisco Márquez, de 13 años. Eran cadetes jóvenes, pero algunos ya eran prácticamente adultos.
Mito: Juan Escutia se lanzó desde lo alto del castillo envuelto en la bandera mexicana para evitar que cayera en manos enemigas.
Realidad: Este es el mito más icónico, pero no hay evidencia histórica que lo corrobore. Surgió décadas después, posiblemente en el siglo XX, como símbolo patriótico. Los archivos militares estadounidenses y mexicanos no lo mencionan, y el historiador Ricardo Rivas lo califica como una invención romántica.
Mito: Los cadetes estaban castigados, ebrios o presos en el castillo, por lo que no tuvieron opción de huir y "lucharon a la fuerza".
Realidad: Los cadetes estaban allí como parte de su formación en el Colegio Militar, que funcionaba en el castillo. Recibieron órdenes explícitas de retirarse ante la superioridad enemiga de 7,000 soldados estadounidenses, pero eligieron quedarse y pelear, lo que resalta su acto voluntario de valor.
Mito: La batalla fue una victoria moral absoluta para México, sin contexto de derrota mayor.
Realidad: Aunque el sacrificio de los cadetes inspiró el nacionalismo posterior, la batalla fue una derrota táctica que facilitó la ocupación de la Ciudad de México al día siguiente. Formaba parte de la Guerra México-Estados Unidos, que resultó en la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El mito se consolidó en el Porfiriato para fomentar el patriotismo.
Varios historiadores mexicanos y divulgadores con presencia en línea han abordado los mitos y realidades en torno a la Gesta Heroica del Castillo de Chapultepec. Estos expertos, a través de artículos, blogs, entrevistas y publicaciones en redes enfatizan que, aunque los seis cadetes conocidos como Niños Héroes existieron y murieron en combate, muchas narrativas románticas surgieron en el siglo XIX y se consolidaron en el XX para fomentar el nacionalismo mexicano.
Entre ellos, Ricardo Rivas, historiador especializado en historia militar mexicana, quién ha aclarado en entrevistas con la BBC Mundo y TV Azteca que los cadetes no estaban ebrios ni castigados, como se rumora, sino que eran estudiantes regulares del Colegio Militar. Desmiente el mito de Escutia, argumentando que no hay evidencia en archivos militares y que la bandera fue capturada por los invasores, devolviéndola a México un siglo después. Rivas destaca que el relato surgió décadas más tarde para simbolizar resistencia, pero el sacrificio real ocurrió en una batalla desigual con más de 800 defensores mexicanos contra 7,000 estadounidenses.
Otro de ellos es Alejandro Rosas, historiador y autor de ensayos sobre la Guerra México-Estados Unidos, en su blog y publicaciones en Infobae y Cultura Colectiva, explica que la narrativa de "solo seis niños" minimiza el rol de cientos de soldados del Batallón de San Blas y otros héroes olvidados, como el teniente coronel Felipe Santiago Xicoténcatl.
Señala que los mitos se alimentaron por la necesidad de contrarrestar la derrota territorial, es decir, la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano en 1848 y que la conmemoración moderna data de 1871, impulsada por ex cadetes.
Es de resaltar que, entre los seis Niños Héroes, estaba Vicente Suárez Ortega, oriundo de Puebla y quién representa el orgullo regional en esta gesta. Nacido el 13 de abril de 1833 en Xochitlán de Vicente Suárez, Puebla —un municipio que lleva su nombre en honor a él—, era hijo de una familia humilde y se unió al Colegio Militar en 1847, apenas meses antes de la batalla.
Con solo 14 años, medía poco más de 1.50 metros y pertenecía a la segunda compañía de cadetes debido a su baja estatura y complexión delgada y nerviosa. Suárez se distinguió por su valentía; durante la batalla del 13 de septiembre de 1847, fue el primero de los cadetes en caer, defendiendo el "Vigía del Mirador" con un mosquete.
El escritor y excadete José T. Cuéllar, quien participó en la defensa, lo describió como "delgado, nervioso y de constitución delicada, pero de mirada viva y de ánimo resuelto". Murió en combate, baleado por las tropas estadounidenses, y su cuerpo fue encontrado en la ladera este del cerro junto al de Juan Escutia.