
México acumuló más diagnósticos de VIH en los primeros nueve meses de 2025 que en todo el año anterior, según datos oficiales de la Secretaría de Salud. Entre enero y septiembre se registraron 12 mil 88 nuevos contagios, cifra que supera los 12 mil 57 casos reportados en 2024. En promedio, se detectan 497 nuevos diagnósticos por semana a nivel nacional.
De acuerdo con el boletín epidemiológico de la dependencia, el Estado de México encabeza la lista de entidades con mayor número de casos, con mil 542 registros. Le siguen Veracruz, con mil 160, y la Ciudad de México, con 865. Otras entidades con cifras elevadas son Quintana Roo (762), Jalisco (664), Baja California (493) y Guanajuato (474).
La tendencia también se refleja en aumentos notables en Yucatán, Tabasco, Tamaulipas, San Luis Potosí, Querétaro, Puebla, Nuevo León, Hidalgo y Guerrero, lo que genera preocupación entre especialistas por su impacto en los sistemas estatales de salud.
Varios expertos consultados por autoridades sanitarias advirtieron que el repunte confirma una tendencia ascendente en la transmisión del virus y representa un desafío para la atención y prevención en varias regiones del país. Aunque algunas entidades presentan cifras mínimas, los incrementos sostenidos activan alertas sanitarias por el riesgo de expansión.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) puede permanecer en el organismo sin manifestaciones visibles durante años, pero compromete progresivamente el sistema inmunitario, elevando el riesgo de infecciones graves. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que entre los síntomas más comunes están "fiebre, escalofríos, sudoración nocturna, dolores musculares y fatiga", además de úlceras bucales en etapas más avanzadas.
La detección temprana es clave para contener la enfermedad. En este sentido, las autoridades recomiendan que ante cualquier sospecha se realicen pruebas clínicas que permitan confirmar o descartar el contagio.
Cuando la infección no se trata a tiempo, puede avanzar hacia el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), etapa en la que el sistema de defensas está gravemente deteriorado. Esta fase se caracteriza por la "pérdida rápida de peso, infecciones recurrentes, neumonía, fiebre persistente, manchas en la piel, diarrea prolongada, llagas en boca, ano o genitales", así como alteraciones cognitivas y trastornos neurológicos, según indica la misma fuente médica. (NotiPress)