
Una ola de despidos en el Gobierno federal de Estados Unidos fue calificada como "inminente" por la Casa Blanca, luego del cierre parcial de sus funciones administrativas el 1 de octubre de 2025, derivado de la falta de consenso presupuestario entre legisladores demócratas y republicanos.
En una rueda de prensa celebrada el miércoles, la portavoz Karoline Leavitt afirmó: "Consideramos que los despidos son inminentes. Lamentablemente, son una consecuencia de la paralización del Gobierno". Esta declaración se enmarca en el contexto de una pugna prolongada en el Congreso, donde ambas bancadas no lograron alcanzar un acuerdo sobre los recursos para el nuevo ejercicio fiscal.
Desde Washington, el director de la Oficina de Administración y Presupuesto, Russell Vought, señaló durante una llamada con la prensa que la medida podría implementarse "en dos días". Sin embargo, no se especificó cuántos empleados serían afectados ni en qué agencias ocurrirían los recortes.
El cierre administrativo implicó ya la suspensión temporal de aproximadamente 750.000 empleados federales considerados no esenciales, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. En tanto, otros 1,5 millones de trabajadores, como personal de seguridad y controladores aéreos, continúan en funciones sin recibir salario hasta nuevo aviso.
Siguiendo la política de reducción del aparato estatal promovida por la administración Trump, la Oficina de Gestión y Presupuesto emitió recientemente un memorando solicitando a las agencias identificar programas no esenciales que podrían ser suspendidos si la paralización persiste.
En paralelo, el Senado rechazó dos propuestas presupuestarias distintas, presentadas por cada uno de los partidos, sin lograr destrabar el conflicto legislativo. La Casa Blanca atribuyó la crisis a exigencias de los demócratas, quienes, según el Gobierno, buscan aumentar subsidios en salud para inmigrantes indocumentados.
Adicionalmente, el Gobierno de Trump anunció la suspensión de miles de millones de dólares en fondos federales dirigidos a estados como Nueva York y California. El Departamento de Energía confirmó la cancelación de 321 subvenciones para 223 proyectos, lo que, según sus estimaciones, representará "un ahorro de aproximadamente US$7560 millones para los contribuyentes estadounidenses".
El Departamento de Transporte justificó la medida por su relación con el cierre, al afirmar que los fondos estaban "orquestados" por líderes demócratas como Chuck Schumer y Hakeem Jeffries. Por su parte, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, calificó la decisión como "una venganza política y un ataque a Nueva York".
Desde 2019 no se registraba un cierre federal, año en que la administración enfrentó una paralización histórica de 35 días. Asociaciones de aviación advirtieron sobre los riesgos de seguridad y retrasos en vuelos si la situación no se resuelve a la brevedad. (NotiPress)