Las manifestaciones pierden legitimidad cuando hay vandalismo y violencia

Las manifestaciones pierden legitimidad cuando hay vandalismo y violencia

Foto: Enfoque

Las manifestaciones son herramientas fundamentales de la democracia para exigir justicia, memoria histórica y derechos, como lo demuestra la conmemoración del 2 de octubre, que recuerda la masacre de Tlatelolco en 1968.

 

Sin embargo, durante esta manifestación en la Ciudad de México hubo escenas violentas que opacaron el acto conmemorativo, desde saqueos a comercios, vandalismo y agresiones con personas heridas.

 

Las imágenes de los disturbios reabrieron el debate sobre si las manifestaciones se han convertido en un pretexto para ejercer violencia, en lugar de servir como plataforma legítima para la exigencia social.

 

 

La evidencia y la experiencia histórica muestran que la violencia dentro de las marchas suele restar legitimidad a los movimientos sociales más que fortalecerlos.

 

Por un lado, las movilizaciones pacíficas generan simpatía y respaldo social, y suelen abrir canales de diálogo con autoridades. Ejemplos en México y en otros países demuestran que la protesta no violenta tiene mayor capacidad de presión y de sumar aliados.

 

En contraste, cuando en una manifestación aparecen actos de vandalismo, saqueo o agresión, la atención mediática y pública se concentra en esos hechos, opacando las demandas legítimas. Esto genera rechazo en buena parte de la sociedad y le da al Estado un argumento para criminalizar la protesta.

 

 

También es cierto que algunos grupos justifican esas acciones como una forma de expresar la frustración ante la falta de respuestas institucionales. Sin embargo, la consecuencia más común es que la violencia reduce la efectividad del movimiento y dificulta su capacidad de generar cambios duraderos, porque erosiona el apoyo ciudadano, que es clave para sostener una exigencia de justicia.

 

La realidad es que la violencia no suma, sino que resta fuerza, legitimidad y respaldo social a los movimientos que, como el del 2 de octubre, buscan mantener viva la memoria y evitar que las injusticias se repitan.

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