
Las escuelas en Puebla están en alerta sanitaria debido a un aumento estacional de casos de virus Coxsackie, conocido como la enfermedad de manos, pies y boca (EMPH). Ante ello, la SEP en Puebla, en coordinación con la Secretaría de Salud, ha intensificado sus protocolos sanitarios en las escuelas debido a este brote.
Aunque no se trata de una alerta sanitaria generalizada ni de un incremento alarmante respecto a años previos, las autoridades han emitido recomendaciones específicas para prevenir contagios, incluyendo el uso de cubrebocas en espacios cerrados o, cuando sea necesario, protocolos de limpieza profunda y otras medidas básicas de higiene.
¿Es un virus nuevo?
El virus Coxsackie no es nuevo; es un enterovirus conocido desde la década de 1940, comúnmente asociado a la enfermedad de manos, pies y boca, aunque puede causar otras afecciones. Pertenece a la familia Picornaviridae, género Enterovirus, al igual que los virus de la polio o el enterovirus D68.
Se divide en dos grupos principales: Coxsackie A, que causa principalmente EMPH, con erupciones cutáneas y fiebre leve, y Coxsackie B, asociado a infecciones más severas, como miocarditis, pericarditis o meningitis viral.
La cepa más común en Puebla es Coxsackie A16, responsable de la mayoría de los casos de EMPH, aunque otras como A6 o A10 también pueden estar presentes. No hay evidencia en fuentes recientes de que una nueva variante esté circulando en Puebla; los brotes son típicos de la temporada otoño-invierno, cuando los virus respiratorios y entéricos proliferan en entornos cerrados como escuelas.
La alarma actual en Puebla responde a un incremento localizado y a la necesidad de proteger a los niños en edad escolar y no a una mutación o novedad del virus, más tomando en cuenta que el virus se propaga fácilmente por contacto directo o superficies contaminadas. En guarderías y primarias, donde los niños interactúan de cerca y la higiene puede ser inconsistente, por lo que los brotes son comunes.
Además, no hay vacuna contra Coxsackie, lo que obliga a depender de medidas higiénicas, generando inquietud en comunidades donde los brotes son visibles, especialmente en entornos escolares.
¿Solo afecta a los niños?
No exclusivamente, pero afecta sobre todo a niños pequeños, especialmente menores de 7 años. Los escolares y niños de guardería son los más afectados por la combinación de falta de higiene personalizada, pañales y contacto cercano; sin embargo, adolescentes y adultos también pueden infectarse; muchas veces los adultos son asintomáticos o presentan síntomas leves, pero pueden transmitir el virus.
Entre los síntomas más comunes están fiebre, dolor de garganta, llagas o úlceras en la boca, sarpullido o ampollas en manos, pies y a veces glúteos. Regularmente, el período de incubación suele ser de 3 a 6 días y la mayoría mejora en un lapso de 7 a 10 días sin tratamiento específico.
Muy rara vez se pueden presentar complicaciones cómo: deshidratación por dolor al tragar, infección secundaria de la piel y, en casos muy raros, afecciones neurológicas. Por eso se insiste en vigilancia médica cuando hay signos.