La palma de nuestra mano, el patrón de nuestro rostro, el tono de nuestra voz: lo que solía ser un sello de identidad inmutable se ha convertido en la nueva "contraseña" digital.
El acceso a aplicaciones bancarias o redes sociales por medio de datos biométricos (huella, reconocimiento facial o de voz) se ha normalizado por su increíble comodidad. Sin embargo, bajo esta aparente facilidad, se esconde un riesgo significativo que millones de usuarios ignoran al aceptar sin leer los términos de servicio.
La gente cede sus rasgos únicos a estas plataformas buscando rapidez y una supuesta mayor seguridad. Pero, a diferencia de una contraseña o un PIN que pueden cambiarse al ser comprometidos, nuestros datos biométricos son permanentes.
Si una base de datos que contiene nuestra huella dactilar o el escaneo de nuestro rostro es robada o filtrada, ese rasgo de identidad queda expuesto para siempre, con consecuencias potencialmente irreversibles.
El principal peligro reside en la suplantación de identidad. Los ciberdelincuentes están cada vez más sofisticados, utilizando técnicas avanzadas, incluso la Inteligencia Artificial (IA) para generar "deepfakes" (falsificaciones profundas) de rostros y voces que pueden engañar a algunos sistemas biométricos.
Una vez que un atacante obtiene una copia de nuestros datos biométricos, puede intentar acceder a cuentas bancarias, sistemas de salud, documentos oficiales y otros servicios delicados.
Como advierten expertos en ciberseguridad, el daño es doble: no solo se compromete el acceso actual, sino que el usuario no puede "restablecer" su rostro o su huella como lo haría con una clave, dejándolo vulnerable a largo plazo.
Además de los ciberataques, existe un riesgo intrínseco en la gestión de datos por parte de las empresas:
Falta de transparencia: porque a menudo, no queda claro cómo se almacenarán, cifrarán y, lo más importante, por cuánto tiempo se conservarán los datos biométricos, ni con quién podrían compartirse (terceros, anunciantes, etcétera).
Vigilancia excesiva: el uso de reconocimiento facial, incluso el pasivo, abre la puerta a la monitorización masiva y a la recopilación de perfiles detallados de comportamiento.
Puntos únicos de fallo: si una aplicación almacena tus datos de manera insegura, todas las cuentas asociadas a esa biometría podrían verse comprometidas si se produce una fuga.
Recomendaciones para un uso biométrico seguro
Si bien la biometría ofrece una capa de seguridad superior a una contraseña débil, la confianza ciega no es una opción. Adoptar un enfoque de seguridad de "capas múltiples" es crucial para mitigar los riesgos:
Evalúe la necesidad real: Pregúntese si la comodidad que ofrece la biometría justifica el riesgo de entregar su dato permanente. Considere activarla solo para aplicaciones de alta seguridad, como la banca móvil, y no para servicios triviales o juegos.
Investigue a la aplicación: Antes de registrar su biometría, revise la política de privacidad de la aplicación. Busque información sobre cómo cifran sus datos y si cumplen con normativas de protección de datos internacionales. Si la plataforma no es oficial o reconocida, evite a toda costa el uso de biometría.
Autenticación Multifactor (MFA): Nunca confíe únicamente en la biometría. Siempre active la Autenticación de Múltiples Factores (MFA) en sus cuentas más importantes (correo, banca). La biometría debe ser solo un factor adicional, no el único.
Contraseñas “robustas”: Si la aplicación lo permite, combine la biometría con una contraseña o PIN fuerte. En caso de que la biometría falle o sea comprometida, el atacante seguirá necesitando esta clave secundaria.
También se sugieren actualizaciones constantes. Mantenga el sistema operativo de su teléfono y todas sus aplicaciones actualizadas. Las actualizaciones suelen incluir parches de seguridad que corrigen vulnerabilidades que los ciberdelincuentes podrían explotar.
Descargue aplicaciones de tiendas oficiales: Solo instale aplicaciones de tiendas oficiales (Google Play Store, App Store). Las aplicaciones falsas fuera de estos entornos son una vía común para el robo de datos.
Controle los permisos: Revise periódicamente los permisos que le ha otorgado a cada aplicación, especialmente el acceso a la cámara o el almacenamiento, para asegurarse de que no haya permisos innecesarios que puedan capturar información sensible.
La realidad es que la biometría ha llegado para quedarse, ofreciendo una puerta rápida a nuestro mundo digital. El desafío no es rechazarla, sino usarla de forma consciente y segura.