De “corcholata” a lastre en Morena: el ocaso político de Adán Augusto López

De “corcholata” a lastre en Morena: el ocaso político de Adán Augusto López

Foto: Enfoque

Hace apenas unos años, Adán Augusto López Hernández era el delfín indiscutible de Andrés Manuel López Obrador, el tabasqueño apodado “hermano” por el expresidente y catapultado de gobernador de Tabasco a secretario de Gobernación.

 

Como uno de las “corcholatas”, López se posicionó como un operador leal y astuto, con un eslogan que jugaba con el apellido compartido. Sin embargo, su derrota en la interna de Morena ante Claudia Sheinbaum en 2024 no fue el fin de su influencia; hoy coordina la bancada oficialista en el Senado, un cargo que le otorga poder clave en la agenda legislativa de la Cuarta Transformación.

 

Sin embargo, el ascenso de Adán Augusto se ha visto empañado por una cascada de escándalos que lo convierten en una de las figuras más incómodas para el gobierno de Sheinbaum. Acusaciones de corrupción, vínculos con el crimen organizado y un patrimonio opaco han salpicado su trayectoria, generando denuncias formales y presiones internacionales.

 

A pesar de ello, analistas y opositores lo describen como “intocable”, un protegido de la cúpula morenista que, hasta ahora, ha esquivado consecuencias graves gracias a su cercanía con AMLO y la estructura partidista.

 

La trayectoria de López, que inició en el PRI y migró al PRD antes de unirse a Morena en 2015, ya acumulaba cuestionamientos durante su gubernatura en Tabasco. La Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades por casi 800 millones de pesos en su administración, relacionados con malversación de fondos públicos en obras y programas sociales. Estos hallazgos, presentados en 2021, no avanzaron en su momento, pero recientemente, la activista y exdiputada panista María Elena Pérez Jaén presentó 37 denuncias ante la Fiscalía General de la República por estos presuntos daños al erario.

 

 

 

El escándalo más reciente y explosivo surgió en septiembre de este año, cuando estalló el caso de Hernán Bermúdez Requena, exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco durante la gestión de López. Bermúdez, apodado “el Abuelo”, fue detenido como presunto líder del grupo criminal “La Barredora”, una célula ligada al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que opera en el sureste mexicano.

 

Según declaraciones de un testigo protegido, ante la Fiscalía, López habría sido beneficiado por las operaciones de Bermúdez desde 2018, durante su campaña a la gubernatura. El testigo detalla que Bermúdez controlaba prisiones en Tabasco para reclutar sicarios y eliminar rivales, con conocimiento implícito del entonces gobernador.

 

Este caso se entrelaza con el “huachicol fiscal”, un fraude masivo al fisco mediante el robo de combustible y evasión tributaria, donde López aparece implicado indirectamente a través de sus allegados. Investigaciones periodísticas lo vinculan también a “La Barredora” en operaciones de seguridad que beneficiaron al crimen organizado.

 

A esto se suma un patrimonio inexplicado que ha encendido alarmas. Una investigación reveló que entre 2023 y 2024, López habría recibido ingresos no declarados por al menos 79 millones de pesos, provenientes de arrendamientos y negocios opacos.

 

Por si esto no fuera poco, el senador fue captado viendo en su tableta un partido de la Champions League entre el Barcelona y el Paris Saint‑Germain durante una sesión en la que el secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, comparecía ante el pleno. El hecho generó críticas tanto en redes sociales como en medios sobre la atención y el desempeño del servidor público durante una sesión institucional.

 

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A pesar de la avalancha de acusaciones y escándalos, el senador se mantiene en su puesto, coordinando reformas controvertidas mientras sus sombras crecen.

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