El Partido Acción Nacional en Puebla atraviesa un momento crucial de introspección y reorganización interna y, en ese contexto, Gabriela Ruiz Benítez, aspirante a la dirigencia municipal del blanquiazul, plantea una propuesta centrada en la cohesión interna, el fortalecimiento institucional y la recuperación del ánimo partidista, con la mirada puesta en recuperar la alcaldía en 2027.
En entrevista con Imagen Poblana, la también expresidenta de la Junta auxiliar Ignacio Romero Vargas sostiene que el PAN atraviesa un momento crucial en el que necesita recuperar su dignidad y credibilidad ante la sociedad, y asegura que sólo será posible mediante una reconstrucción interna sólida, considerando que la competitividad del partido depende de una reconciliación profunda entre sus diferentes corrientes y liderazgos.
"El PAN necesita en este momento levantar la cara con dignidad, una cuestión interna importante para tener competitividad y credibilidad hacia la ciudadanía, si no tenemos esa recuperación desde el interior, nosotros tendremos difícilmente la oportunidad de recuperar Puebla; que es muy posible, hay muchas posibilidades en este 2027".
Menciona que su visión para el comité municipal se basa en generar cohesión más que uniformidad, bajo el argumento de que la unidad no implica la ausencia de diferencias, sino el reconocimiento de un objetivo común que es recuperar la alcaldía de Puebla en 2027.
Por ello, para la aspirante el primer paso es reanimar la estructura partidista que, a su juicio, se encuentra "adormecida” y en espera de volver a la acción política, por lo que plantea que el PAN debe prepararse internamente antes de salir a competir, con una militancia fortalecida, activa y orgullosa de su identidad.
En este sentido, Ruiz Benítez identifica la unidad como eje esencial de su proyecto, especialmente en el proceso de reposición de la asamblea municipal, afirmando que la militancia está cansada de la polarización y la simulación, y que es momento de sustituir la confrontación por el trabajo colectivo.
Ante ello, su propuesta parte de un diagnóstico claro: la existencia de un desgaste interno que ha generado frustración entre las bases, pero también una oportunidad para transformar ese malestar en energía y acción política constructiva.
Por tanto, plantea crear sinergias entre todos los actores políticos del PAN, sin exclusiones, ofreciendo espacios de participación a las distintas corrientes internas; destaca que todos los militantes deben sentirse representados, sin distinción de grupos o afinidades, subrayando su propia trayectoria como ejemplo de que se puede crecer políticamente desde la base.
"Decirles a nuestros liderazgos que no tengamos miedo de este relevo generacional, porque aparte de mostrarse como una nueva brújula para el partido, hay experiencia para hacerlo y que sólo necesitamos que ellos nos arropen y nos dejen transitar tanto con sus ideas y sus propuestas, que son muy valiosas y hacer del partido uno solo".
Gabriela Ruiz reivindica su origen fuera de los reflectores y de los acuerdos de cúpulas; afirma que su carrera se ha construido a partir del trabajo, el servicio y la constancia, valores que, asevera, deben guiar el proceso de renovación panista en la capital.
Parte de su estrategia ha sido sostener encuentros con diversos liderazgos del partido, hombres y mujeres de diferentes corrientes, con quienes afirma haber encontrado más coincidencias que diferencias y su objetivo, explica, es llegar al 7 de diciembre con una militancia unida y confiada en que los acuerdos se cumplirán.
Gabriela Ruiz considera que el PAN tiene una gran oportunidad de relanzarse en Puebla, en sintonía con el relevo generacional que impulsa la dirigencia nacional, y esta renovación debe ir acompañada de experiencia y de una trayectoria que haya dejado huella en el servicio público.
La aspirante a dirigir el PAN en el municipio menciona que su inicio político es de 2011, cuando a los 26 años decidió participar en la vida pública desde una junta auxiliar. Sin respaldo de estructuras partidistas y en un contexto donde la participación femenina era limitada, diseñó su propia campaña y enfrentó un proceso electoral complejo que terminó por consolidar su vocación política.
Esa experiencia, afirma, le permitió desarrollar habilidades para construir y ganar campañas, pero sobre todo para entender la importancia del trabajo territorial y del contacto directo con la gente; su liderazgo, asegura, está basado en la capacidad de diálogo y en la construcción de acuerdos, virtudes que considera indispensables para conducir un proceso de reconciliación dentro del PAN.
En su recorrido con la militancia, dice que ha percibido un deseo generalizado de cambio y una expectativa por ver un partido con rostros nuevos y con mayor dinamismo y, en ese sentido, su propuesta representa una combinación de juventud, experiencia y vocación de servicio.
Asimismo, hace un llamado a que la contienda interna se desarrolle en un clima de respeto y altura política, evitando la descalificación y priorizando el debate de ideas, considerando que el proceso interno del PAN, a diferencia de otros partidos, es un ejercicio democrático que debe ser ejemplo de participación.
Finalmente, Ruiz Benítez llamó a las mujeres panistas a sumarse al proyecto y a participar activamente, no sólo como acompañantes sino como protagonistas en la toma de decisiones, fortaleciendo la presencia femenina en la estructura partidista, porque “el momento político actual exige levantar el ánimo de la militancia, relanzar la imagen del partido y devolverle la dignidad a su identidad panista”.
"Este es el relevo generacional que tiene que tiene que ir acompañado de este gran relanzamiento, porque una de las grandes demandas de nuestra militancia es que queremos ver un escenario diferente, con personas diferentes, que lleven su trabajo a darle una nueva dignidad al PAN, hay que levantarle la cara, como panistas no podemos ser agachones y andar tristeando, vamos a despertar a Puebla capital" finalizó.