El día de ayer el INEGI publicó los resultados de la medición de la economía informal, llamó la atención que alcanzó la cifra más alta: 29.5%, esto ha escandalizado a los pregoneros de la derecha que ya lo ocupan como propaganda contra el proceso transformador que vive el país, por eso es necesario explicarlo desde la ciencia económica.
La economía informal son actividades lícitas pero que se realizan fuera de los marcos legales, por ejemplo, sin registro para no generar impuestos, sin prestaciones o sin cualquiera otra obligación. Se compone principalmente del Sector Informal que son todas las unidades económicas (regularmente microempresas) que no están registradas fiscalmente; pero también está la Informalidad laboral que son trabajadores que aún trabajando en una empresa formal no reciben todas o alguna prestación. En nuestro país, las personas en informalidad laboral representan el 55.2%; mientras que en el sector informal labora el 29.5% de los trabajadores.
La informalidad no solo significa evadir impuestos, sino también precariza el empleo pues desprotege a los trabajadores o les asigna menores ingresos salariales. Se ha demostrado también que la informalidad es menos productiva, por ejemplo, en México, a pesar de que la formalidad es del 45%, produce el 75% del Producto Interno Bruto (PIB); es decir, por cada peso que se produce, 75 centavos son del mercado formal y sólo 25 centavos del informal. Por lo que la informalidad, a pesar de generar empleos, es un mal no deseado en la economía. No obstante, la estructura económica de países latinoamericanos ha sido históricamente insuficiente para absorber al total de trabajadores dispuestos a emplearse (Población Económicamente Activa disponible), es un mal que aqueja a toda la región y que el periodo neoliberal agudizó.
Durante la Cuarta Transformación se han implementado diversas leyes y políticas para fomentar la formalidad laboral como la regulación a trabajadores de plataforma. La tasa de informalidad más baja se alcanzó en el segundo trimestre de 2024 con 54.2%, durante el periodo neoliberal llegó al 60%, ¿entonces, por qué se escandaliza la derecha? Porqué la tasa del sector informal sí es la más alta (29.5%) pero no está lejos del récord anterior que fue en el tercer trimestre de 2012 cuando llegó a 29.2%. Comparando ese momento con el actual, hay diferencias fundamentales que debemos aclarar.
En primer lugar, es importante señalar que en 2012 la PEA era de 51 millones de personas, actualmente es de 62 millones, es decir hay 11 millones más que quieren trabajar. En 2012 la tasa de desempleo fue de 4.9%, ahora es de 2.6%, esto significa que hay menos personas sin empleo. El sector informal crece porque se abren nuevas empresas, es reflejo de una economía dinámica pero frágil que el estado tolera de forma parcial porque de otra forma se incrementaría la tasa de desempleo. En términos económicos es más fácil regularizar a las empresas informales que crear empresas, aunque sea informales, por ello siempre son preferibles.
Por otro lado, hay un dato demoledor: el nivel salarial. La gráfica siguiente compara el porcentaje de trabajadores distribuido de acuerdo con su nivel de ingreso, se observa que disminuyeron los trabajadores que ganan un salario mínimo o menos del 42.7% al 40%; en contraste, los trabajadores que ganan entre 1 y 2 salarios mínimos subieron de 28.8 a 30.7%; ligeramente también subió el siguiente rango superior, mientras que el nivel más alto de más de 5 salarios mínimos se quedó igual (0.9%). Esto significa que aun en la informalidad los trabajadores no perdieron ingresos.

Elaborado con datos de ENOE (INEGI)
La gráfica anterior derrumba el mito neoliberal de que el aumento salarial disminuye los puestos de trabajo. Al tener un mayor número de trabajadores con mayor nivel salarial y con un salario más alto tenemos una masa salarial mayor, es decir que aumentó la participación de los salarios en el PIB o, en otras palabras: el aumento salarial permite reducir la pobreza y el aumento de la masa salarial permite reducir las desigualdades.
Si bien la economía mexicana transita por un periodo de desaceleración, ésta se debe a factores externos, particularmente el enfriamiento de la economía norteamericana y la recesión crónica que está afectando a Europa (sobre todo a Alemania, Italia y Francia). De no ser por el mercado interno, nuestra economía ya se hubiera desplomado, no obstante, tenemos una moneda fortalecida, que presenta los mismos valores que en 2016, lo que hace el periodo de estabilidad más largo después de 1970. El nivel de endeudamiento es bastante aceptable comparado con otros países de la región y por ello conservamos el grado de inversión. Así que no nos engañe la derecha, ¡Vas bien, Claudia!
*Profesor-Investigador Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras
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